Los precios del petróleo están desplomándose y también podrían hacerlo los ingresos provenientes de los impuestos sobre ventas, por lo que algunas partes de Texas experimentarían una crisis económica.

En los últimos años, la producción de energéticos ha mantenido funcionando bien la economía estatal, lo suficiente como para que el nuevo contralor, Glenn Hegar, diera a conocer que la Legislatura contará con un superávit de $7.5 billones en el presupuesto. Sin embargo, también advirtió que la actividad económica no se ampliaría a todo el estado tan rápidamente como en años anteriores, lo cual podría poner en peligro las caras promesas que han hecho Abbott y Patrick de recortar los impuestos.

Respecto de la inmigración, las propuestas de ley apoyadas por los legisladores republicanos podrían darles a los policías más poder para preguntarle a cualquier persona que detengan acerca del estatus de su ciudadanía, una idea a la que se oponen los demócratas. La mayoría Republicana también hará lo posible por anular una ley (promulgada en el 2001 por Rick Perry) que ofrece a los hijos de los indocumentados, que paguen el mismo importe de colegiatura que los estudiantes que viven en el estado. El Gobernador Abbott ha catalogado la ley como fallida, aunque ha sido más cauto para rechazarla, tal vez porque al hacerlo podría desatar la más acérrima pelea sobre política de esta nueva sesión.