Peligroso desborde
La inestabilidad social y el narcotráfico en México son una amenaza para la seguridad de Estados Unidos
1/15/2015, midnight
Las decisivas reformas de Estado planteadas por el presidente Enrique Peña Nieto en el ‘Pacto por México’ (que el PRI firmó con otros partidos políticos) han sido afectadas por la crisis político-social que atraviesa el país. A esta coyuntura se suma la caída del precio del barril de petróleo, lo cual influye negativamente en una de las principales reformas estructurales: la energética, que es la que, teóricamente, debe ‘empujar’ la macroeconomía de México.
Sin embargo, la desaprobación y el descontento de un sector de la sociedad mexicana ha colocado al país en una situación muy tensa. Y aunque haya quienes digan que la desaparición de los 43 estudiantes universitarios de Ayotzinapa no tuvo mayor repercusión, esa desgracia centró la atención nacional e internacional en la inocultable realidad mexicana actual: la violencia como resultado de la desidia e inacción de un sistema político, económico y social infectado por la corrupción y el narcotráfico.
Ese coctel purulento de vicios ha provocado que la violencia rebase las fronteras mexicanas con efectos negativos para Centroamérica, en primer lugar. El narcotráfico mexicano y su alianza con las sanguinarias ‘maras’ de El Salvador, Guatemala y Honduras han generado una descomunal inestabilidad social y económica en esos país, lo cual obliga a sus víctimas emigrar hacia Estados Unidos.
En este éxodo no sólo llegan a territorio estadounidense miles de personas, adultos y menores de edad inocentes que tienen la ilusión de una vida mejor. Con ellas también penetran las metafentaminas, la cocaína y la heroína que demanda el voraz mercado estadounidense, drogas producidas en Centroamérica, México y también de Sudamérica. En esta espiral de violencia, corrupción y delincuencia también ‘florece’ el tráfico de armas, un negocio derivado del narcotráfico.
Todos estos factores, toda esta inestabilidad social e inacción política y falta de liderazgo en México y en los países centroamericanos son una amenaza real para la seguridad del territorio estadounidense. No existen patrullas fronterizas ni muros ni cámaras de vigilancia ni drones que garanticen una solución a este problema creciente.
Esta situación se debe afrontar desde la perspectiva humanitaria, abordando con pragmatismo las relaciones internacionales, las de inmigración y revisando los tratados de libre comercio. México no atraviesa un buen momento pero no se puede culpar al país de todas las desgracias, internas y externas, ya que todo el Hemisferio tiene mucho que perder si las cosas no cambian pronto. AGENCIAS
EL DATO:
El 2015 plantea la necesidad de realizar reformas de una profundidad difícil de asimilar por la población mexicana.