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Sor Juana Inés de la Cruz primera poetisa y escritora del Nuevo Mundo


Laura Carbonell | 1/14/2015, 8 a.m.
Sor Juana Inés de la Cruz primera poetisa y escritora del Nuevo Mundo
Sor Juana Inés era una chica lista y despierta, con una insaciable sed de aprender. A muy temprana edad, a los tres años, aprendió a leer y escribir de mano de su hermana, y a escondidas. |

A menudo me da por pensar lo fácil que lo tenemos ahora las mujeres del siglo XXI comparándonos con las de otros tiempos. No es que hayamos conquistado ya la cima de la igualdad total con el género masculino, pero todo se andará. Y todo esto me ha venido a mis pensamientos porque estoy leyendo una obra genial del insigne escritor y premio Nobel mexicano Octavio Paz que se titula Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, 1986.

Acabo de escribir que todo se andará y que llegará el día muy próximo en que seamos todos iguales. Y todo por los cimientos que forjaron mujeres como Juana Inés de Arbaje y Ramírez de Santillana que nació en el virreinato de Nueva España, la actual México en 1651, y escribió grandes obras en lengua española o castellana. Sus poemas siempre me han gustado por su sensibilidad y dotes comunicativas aunque ahora no resulten fáciles de leer.

Sor Juana Inés vivió en un tiempo cuando las mujeres no recibían instrucción alguna casi y quedaban relegadas a la casa, a criar hijos y, también, a morir de parto. Las universidades les estaban vetadas de todo punto y por lo tanto no podían alcanzar el nivel de instrucción necesario para llegar a ser algo en la vida, especialmente en cuestiones del saber.

Sor Juana Inés era una chica lista y despierta, con una insaciable sed de aprender. A muy temprana edad, a los tres años, aprendió a leer y escribir de mano de su hermana, y a escondidas. A los 13 años ya sabía latín, idioma de enorme importancia como vehículo de la cultura de aquel tiempo. En la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo se lució y se la consideraba un portento de erudición., casi por completo autodidacta.

Por ansias de conocimiento y también por vocación religiosa ingresó en la vida monástica en 1667, a los 16 años. En la Orden de San Jerónimo pudo estudiar, escribir y aprender el resto de su vida. Murió en 1695 a los 43 años.

Fue la primera gran poetisa y escritora del Nuevo Mundo. Si buscamos poetisas de las Américas en lengua inglesa hallaremos a Anne Bradstreet, 1612-1672, pero que había nacido en Northampton, Inglaterra, y no en lo que ahora llamamos Estados Unidos. Eso le resta importancia a la hora de reclamar un puesto entre las genuinas escritoras americanas.

En su escrito titulado Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, Sor Juana Inés hace una vigorosa defensa de los derechos de la mujer a la educación y a una labor intelectual. Abogó por la igualdad de los sexos y Octavio Paz, en su mencionado Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, demuestra la importancia feminista de esta escritora que rompiendo moldes y con tesón y gran habilidad literaria logró ser la punta de lanza que reclamaba un puesto entre los grandes de la literatura del Siglo de Oro hispano. Y lo consiguió con su gran rebeldía, a pesar de la época, de los prejuicios sobre el lugar de la mujer en la sociedad.

Amor empieza por desasosiego,

solicitud, ardores y desvelos;

crece con riesgos, lances y recelos;

susténtase de llantos y de ruego.

Doctrínanle tibiezas y despego,

conserva el ser entre engañosos velos,

hasta que con agravios o con celos

apaga con sus lágrimas su fuego.

Su principio, su medio y fin es éste:

¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío

de Celia, que otro tiempo bien te quiso?

¿Qué razón hay de que dolor te cueste?

Pues no te engañó amor, Alcino mío,

sino que llegó el término preciso.

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