Aunque los llamamos nuestros mejores amigos y pueden despertar en los seres humanos un apego extraordinario, los perros son animales que pueden agredirnos con mordidas de distinta intensidad. En Estados Unidos, más de 4.5 millones de estadounidenses son mordidos por un perro cada año, la mitad de las víctimas son niños de entre 5 y 9 años. Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) las probabilidades de que un niño sea la víctima de un ataque perruno es de tres a uno.

Sólo en Austin se registran más de mil personas mordidas al año. Ese fue el caso del pequeño Axel José Santiago, un niño de sólo 7 años que fue víctima de un terrible ataque canino cuando visitaba a sus abuelos en Rockdale (noreste de Austin) en septiembre pasado. Un perro de gran tamaño rondaba el patio trasero de la propiedad y cuando el pequeño quiso acercarse a él, éste lo atacó causándole heridas en el rostro y cuerpo. “Le hicieron varias puntadas en una herida y dijeron que no lo iban a vacunar contra la rabia hasta que el reporte de la policía dijera si era necesario o no”, nos cuenta Francis Ortiz, madre del niño.

Semanas después de sucedido el ataque, Francis fue contactada por agentes de Protección Animal que le comunicaron que el perro tenía todas sus vacunas, sin embargo, como nadie respondió por él tuvo que ser sometido a la eutanasia.

De acuerdo con Luis Herrera, encargado de la oficina de Salud Pública del Austin Animal Center, casos como el de Axel José Santiago resaltan la importancia y necesidad de colocarle un collar a nuestras mascotas y mantenerlos al día con las vacunas antirrábicas, ya que así resulta más fácil poder identificar al animal, hacer un reporte con Protección Animal y correr menos riesgos de una infección en la herida de la víctima.

En caso de una mordedura de perro, Luis Herrera recomienda llamar al 9-1-1 si la herida es grave; si no requiere de atención hospitalaria, el afectado puede llamar al 3-1-1 de Protección Animal para hacer un reporte.

La información que necesitara tener en mano será la siguiente: la raza del perro (si no la sabe nombrar las características del animal, como color, tamaño, orejas largas o cortas, agresividad); el lugar donde ocurrió el ataque; nombre del dueño del animal (si no lo sabe mencionar el lugar donde ocurrió el ataque); y consignar que tan grave es la mordida y en que área del cuerpo se encuentra.

Axel José Santiago se recuperó satisfactoriamente de las heridas en su rostro y cuerpo, aunque el temor que significó para él el ataque de un animal que consideraba amigable tomará más tiempo.