Según un estudio de la Universidad George Washington, las autoridades federales detuvieron a 56 sospechosos de terrorismo este año (2015), la mayor cifra desde los atentados del 11 de septiembre del 2001. El año pasado (2014), fueron detenidos 71 individuos acusados de actividades terroristas.

En su mayoría, los detenidos son ciudadanos estadounidenses, de 26 años de edad en promedio y en el 55 % de los casos fueron arrestados con ayuda de agentes encubiertos o informantes que se hacían pasar por terroristas, una técnica utilizada por el FBI con frecuencia y que ha provocado roces con la comunidad musulmana de este país.

Un grupo especializado en extremismo de la Universidad George Washington identificó a 300 ciudadanos estadounidenses que han utilizado las redes sociales (Facebook y Twitter) para difundir el mensaje del Estado Islámico (ISIS), grupo terrorista que ha ocupado una amplia franja de territorio de Siria e Irak para instaurar un califato y aplicar su interpretación de la sharia (ley islámica).

El reclutamiento de ciudadanos occidentales para luchar junto al Estado Islámico se ha convertido en una de las mayores preocupaciones del Gobierno Federal, ya que se trata de individuos con libertad de movimiento y que, por tanto, podrían perpetrar atentados en territorio estadounidense o europeo. AGENCIAS