La pelea entre Floyd Mayweather y Manny Pacquiao, que se realizó el pasado 2 de mayo en Las Vegas (Nevada) no fue del agrado de millones de amantes del boxeo en todo el mundo.

A pesar que la victoria del púgil estadounidense fue lícita (aunque deslucida y sin la emotividad de los grandes combates) la afición no quedó satisfecha con el duelo y demostró su decepción en las redes sociales. Pacquiao empeoró la situación al tratar de justificar su derrota aduciendo que peleó con el hombro lesionado, lo cual generó la indignación de aquellos que invirtieron dinero en la ‘pelea del siglo’.

En Estados Unidos se alzaron las voces más duras, las cuales acusaron al evento (y a los organizadores y protagonistas de la opaca pelea) de ser un fraude.

Pasada la infame ‘pelea del siglo’, y con una profunda decepción en los aficionados, a mediados de mayo fueron presentadas 32 demandas en cortes de Nevada, California, Florida, Illinois, Maryland, New Jersey, New York y Texas. Desde entonces varios reclamos legales han seguido nutriendo el expediente.

Además de Mayweather y Pacquiao, en todas las demandas presentadas en el país están incluidos la promotora Top Rank; la promotora del campeón invicto (Mayweather Productions) y las compañías de cable Showtime y HBO (que juntas facturaron más de 400 millones de dólares).

Antes de iniciar cualquier juicio, el juez Klausner decidirá en los próximos días si se les otorga a las personas denunciantes el estatus de demanda colectiva.

La pelea no tuvo nada de memorable para las mayorías, pero de lo que sí nos acordaremos es que los protagonistas se repartieron varios cientos de millones de dólares, mientras que 4.4 millones de fanáticos del boxeo perdimos $100 en PPV, cada uno.