El increíble caso de Justin Gatlin
El velocista registra mejores marcas con el pasar de los años. Sus colegas sospechan de él
Pedro Albundia | 8/20/2015, midnight
Usain Bolt, Yohan Blake, Asafa Powell, Nesta Carter, Tyson Gay, Carl Lewis. El mundo de la velocidad es un deporte lleno de tipos fuera de serie en el que es fácil encontrar a un atleta favorito: cada cual es admirador de la historia que más le guste. Calificar de ‘villano’ a uno de estos deportistas de élite es otra historia. Porque como en todo, existen matices.
La historia de Justin Gatlin, el velocista del momento, es una de esas que provocan sensaciones encontradas. Desde que regresó, luego de cuatro años marcados por dos acusaciones de dopaje, el estadounidense sólo ha mejorado sus marcas. Demasiado bueno para ser verdad.
Haciendo un apretado resumen, la siguiente es la trayectoria de Justin Gatlin: En mayo del 2006 fue el ‘hombre más rápido del mundo gracias los 9.77 segundos que logró en los 100 metros. Dos meses después, dio positivo en testosterona, un cargo inapelable en cualquier disciplina del mundo deportivo. Como ésta era su segunda sanción (la primera fue por dar positivo en anfetaminas en el 2001), el castigo debía ser suspensión de por vida.
Para evitar la drástica sanción, Gatlin alegó que su masajista lo saboteó. Su colaboración con las investigaciones fue ‘recompensada’ por la USADA con sólo ocho años de suspensión, que finalmente fueron cuatro gracias a la indulgencia del Tribunal de Arbitraje de Estados Unidos.
Desde su regreso en el 2010, Gatlin ha corrido más rápido cada año. Y sus marcas personales mejoran. En el 2012 ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres. En el 2014 marcó los siete tiempos más rápidos en los 100 metros, los dos más rápidos en los 200, y un doblete 100-200 de 9.77 segundos y 19.71 segundos en una misma noche en la Liga de Diamante de Bruselas.
EL DATO
Si Gatlin no está consumiendo sustancias ilegales estaríamos ante una hazaña sin precedentes. Dada su historia y la de los 100 metros planos, que haga trampa es una posi-bilidad. Pero nadie puede probarlo.
Este año (2015) abrió la temporada con un 9.74 en Doha (la marca del año); le siguieron dos 9.75 y un 9.78 en Montecarlo, hace dos semanas.
Incluso sin los antecedentes conocidos, el desempeño de Gatlin a los 33 años es muy inusual. Los mejores velocistas de la historia bajan sus tiempos hasta los 27, donde sus líneas de rendimiento empiezan a subir. La de Gatlin sigue bajando. Él justifica este fenómeno así: “Estuve fuera del deporte por cuatro años, mi cuerpo estuvo descansado”.
La duda incomoda: Justin Gatlin es el velocista más longevo y consistente de la historia o se beneficia del dopaje anterior (mediante lo que los científicos llaman “memoria celular”). ¿Se dopa ahora y ha encontrado la manera de engañar al sistema? La gente involucrada directamente con el mundo del velocismo no cree que Gatlin esté limpio.
Una nueva competencia pondrá a prueba a Justin Gatlin, quien se encontrará con Usain Bolt el 23 de agosto en el estadio ‘Nido de Pájaro’ (Beijing), lugar en el que Bolt ganó su primer triplete olímpico en el 2008. El jamaiquino, que nunca ha fallado una prueba antidopaje, llega como ‘el salvador’ del velocismo. Para ganarle al sorprendente Gatlin y disipar las dudas que se ciernen sobre este vertiginoso deporte, Bolt, que tiene 28 años, deberá romper con las tendencias de rendimiento propias de la edad. Para cumplir su misión quizá necesite un acto de fe.