Por miles se cuentan a los trabajadores extranjeros que llegan a este país legalmente como parte de un programa especial del Gobierno Federal que permite a las empresas contratar a trabajadores extranjeros para empleos que no han sido ocupados por trabajadores estadounidenses.

Este programa extiende visas denominadas H-2 a gente de diversos países que ocupan posiciones temporales en trabajos de mano de obra no calificada, como la limpieza de hoteles, la reforestación de parques nacionales, la recolección de fruta, el mantenimiento de parques y jardines o, como en el caso de Valdez, pelar cangrejos de río, entre otros.

Esta semana, una investigación de la página Web BuzzFeed News descubrió que más de 100,000 trabajadores de países como México, Guatemala, Filipinas y Sudáfrica llegan a Estados Unidos cada año con visas H-2.

El reportaje periodístico denunció que, en muchos casos, esos trabajadores sufren abusos económicos y serios maltratos. Algunos trabajadores no reciben el salario acordado, mientras que otros padecen amenazas, violencia física y psicológica y hasta abuso sexual.

El problema se acentúa porque las visas están expedidas para trabajar en una sola empresa y, por tanto, los trabajadores tienen poco poder para quejarse o para dejar el trabajo.

Algunos empleadores no pueden recibir visitas y sus correos electrónicos son monitoreados, les prohíben escuchar radios y leer diarios, e incluso los obligan a ir a iglesias en las que no creen. Algunas mujeres trabajadoras hablan de acoso sexual, a menudo con amenazas de que perderán su trabajo o serán deportadas.

La mayoría de los trabajadores que sirvieron como fuente de este informe periodístico describieron sus experiencias dentro del programa de visas H-2 como una pesadilla o algo muy parecido a la esclavitud.

Para su investigación, BuzzFeed News accedió a documentos de la corte, bases de datos federales, y otros archivos del Gobierno Federal, además de conducir entrevistas con más que 80 trabajadores y empleadores. La investigación descubrió que muchos trabajadores coinciden en calificar sus experiencias con visas H-2 como historias de maltrato y abuso. Finalmente, es importante tener presente que casi ningún empleador es castigado por estas violaciones a los derechos humanos y del trabajador. De hecho, muchos de ellos son recompensados con más visas H-2 y con lucrativos contratos gubernamentales. AGENCIAS