El joven mexicoamericano Joel Rojo quizás no imaginó el éxito que una simple idea le daría. Él, como muchos otros jóvenes y adultos, se vio en la tediosa situación de tener que revender boletos de conciertos y eventos por no poder asistir. Usar el servicio de algunos portales de internet le parecía muy costoso y otros poco confiables.

Un buen día conversando con un amigo decidieron usar su experiencia en tecnología para crear una solución a lo que ha llegado a ser un problema y así nació www.ticketkarma.com, una página web que Joel describe como un “mercado secundario” de boletos.

Los usuarios de esta página pueden vender, comprar e intercambiar entradas a eventos, pero también descubrir qué está pasando (en entretenimiento) cerca de ellos.

“En el mercado secundario de boletos hay muchas estafas (venta de tickets falsos), revendedores que buscan lucrarse y desconfianza. TicketKarma quiere evitar esto. Por eso queremos un mercado de gente buena, transparente, para que ese dinero no se vaya a los revendedores de oficio, sino que quede a los músicos y a los fanáticos”, dice el joven empresario y revela que usan herramientas de seguridad para retener el dinero hasta tanto el evento pase y no exista la queja del comprador de haber sido estafado con un boleto falso.

Un gran paso

Pero el portal aún está en crecimiento. Su mercado debe crecer para poder considerarse una iniciativa exitosa. Para lograrlo, Joel Rojo ya no está solo: el joven originario de Río Grande Valley, es uno de los ganadores del programa Residencia de CODE2040 y patrocinado por Google.

CODE2040 es una organización sin fines de lucro que busca promover el éxito tecnológico en las minorías (especialmente afroamericanos e hispanos). Al ganar el programa de este año, el tecnólogo radicado en Austin podrá instalar una base de operaciones en la sede de la empresa Capital Factory, tendrá $40 mil para invertir en su compañía y se convertirá en un líder comunitario, ya que CODE2040 busca que los jóvenes ganadores sean ejemplos de que el éxito es posible para todos.

“Nunca me sentí una minoría. Crecí en Weslaco donde es natural ser mexicoamericano. Cuando llegué a la universidad me di cuenta que era diferente, pero nunca vi mis raíces como un impedimento para graduarme”, dice Joel Rojo, quien señala estar muy emocionado de poder ser una voz de inspiración para futuras generaciones. “La diversidad cultural nos conduce a la grandeza creativa y a la resolución de problemas. Todos tenemos mucho que aportar en tecnología”, agrega.