Las dificultades que sufren las familias en las que los trabajadores cobran bajos salarios se cuentan por millones en este país. Para mantenerse a flote, todas estas personas tienen que recurrir a una asistencia pública que financian los contribuyentes de este país con sus impuestos y supone costos anuales cercanos a los $153,000 millones al año. La mayoría de estos costos son federales pero los Estados se hacen cargo de casi $25,000 millones. California, Nueva York y Texas son los Estados que más sufren el alto costo de los bajos salarios que pagan muchas empresas (grandes o pequeñas) a sus trabajadores.

Las cifras las ha calculado el Centro de Trabajo de UC Berkeley cuyo informe brinda detalles de lo caro que resultan los ‘salarios de pobreza’ a los contribuyentes mientras empresas como Walmart o McDonald´s, que recientemente han anunciado modestos incrementos en sus salarios, ganan anualmente más de $4,700 millones y casi $17,000 millones, respectivamente.

Más de la mitad de quienes trabajan en una cadena de comida rápida dependen de los programas de subsidio del Gobierno Federal. El 48% de quienes proporcionan cuidados en el hogar a personas mayores están en la misma situación. Los bajos salarios incluso han llegado a trabajadores cualificados como profesores adjuntos de universidad. El 25% de ellos precisa de ayuda pública. En el Congreso de la Unión no hay consenso para subir el salario mínimo, de $7.25 a $10.10, una cantidad que millones consideran insuficiente. AGENCIAS