En el Centro de Apoyo Humanitario de la Iglesia del Sagrado Corazón en McAllen (Texas), no hay un solo día del 2015 que hayan dejado de llegar familias centroamericanas en busca de refugio en este país. La cantidad va en aumento a medida que el clima no es tan frío: De unos 70 inmigrantes por semana a principios de enero, la cifra pasó a un promedio de 200 personas en febrero y a 500 en marzo. Las autoridades del ICE prevén que este año llegará la segunda ola de migrantes centroamericanos y que muchos cruzarán por el valle de Río Grande.

La organización Caridades Católicas en Valle de Río Grande ha empezado a buscar donaciones y voluntarios para que sus refugios estén preparados para recibir a los refugiados cuando las temperaturas sean más propicias para la travesía desde Centroamérica hasta la frontera con México. En el centro, los refugiados reciben comida y ropa limpia. También se les provee un teléfono para que se puedan comunicar con sus familiares en Estados Unidos. AGENCIAS