Lewis Hamilton tiene el talento y la confianza del campeón. Nico Rosberg se ha entregado a la ciencia: Busca en la telemetría las ganancias marginales que le permitan competir con su compañero de equipo. Durante el invierno, ha trabajado en su respiración para contrarrestar la fuerza G en las curvas. Su régimen de entrenamiento se ha vuelto todavía más duro. Amigos desde sus tiempos en karts, el compañerismo entre Hamilton y Rosberg tomó una ‘receso’ durante la lucha por el título del GP 2014. Hamilton siempre se supo el mejor piloto y nunca tuvo reparos en lanzarle el coche encima para hacérselo saber. El resultado final corroboró sus sospechas y, siempre que mantenga la calma, Hamilton tendrá al alemán bajo control. Así ocurrió en el Gran Premio de Australia, primera carrera de esta temporada: Hamilton aguantó a Rosberg.