El estreno de la Fórmula E en Beijing (China) se vio empañado por un grave accidente en la última curva antes del final cuando Nick Heidfield (Venturi) intentó adelantar al líder de la carrera, Nico Prost (Renault), hijo del ex piloto campeón de Fórmula 1 Alain Prost. El monoplaza del alemán salió volando por el aire tras estrellarse contra una barrera de seguridad, después de chocar con el auto conducido por el francés Prost, pero por suerte salió ileso.

La Fórmula E debutó como una categoría oficial de la Federación Internacional del Automovilismo (FIA) en el circuito callejero de Beijing (China). El brasileño Lucas di Grassi, de la escudería Audi Sport ABT, se llevó el triunfo de esta histórica carrera.

Este es un nuevo circuito de carreras pero con coches distintos. La Fórmula E es una competencia de coches electrónicos. La idea es servir de laboratorio de investigación y desarrollo de esta clase de coches para promover su uso, a la vez que servirá para avanzar en innovaciones que servirán para la producción comercial de autos, así como al automovilismo.

El debut en China confirma una tendencia: la industria automotriz apuesta cada vez más por sistemas ecológicos. Pese a esto, en la Fórmula E los vehículos podrán alcanzar las 159 millas por hora. Sin embargo, el problema es la autonomía del coche. Como el reabastecimiento de la energía renovable es más lento, los pilotos contarán con dos coches por carrera y subirán al segundo a mitad de la competencia.

Otra novedad es que todos los circuitos serán callejeros, a diferencia de la Fórmula 1, y se intentará promover mediante diversas campañas el uso del vehículos electrónicos en las ciudades donde se corran las carreras. Además, los vehículos producirán un sonido parecido al silbido de un tren moderno, cercano a los 80 decibeles, apenas 10 más del que produce un coche común y corriente. Para esta temporada, todos los coches correrán con motor McLaren-Renault y el chasis AguriSpark SRT.