Google Ha recibido más de 120 mil solicitudes en tres meses
¿Derecho al olvido o a esconder algo?
9/17/2014, midnight
El primer paso para borrar el pasado es navegar un poco en la página de inicio de Google. Desde mayo, si entran en el apartado de “ayuda”, los europeos pueden llenar un formulario para reclamar al gigante de las búsquedas en Internet que elimine de la Web enlaces a información personal que afecte su intimidad.
El debate sobre el “derecho al olvido” explotó en el Viejo Continente a partir de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que consideró responsables a los motores de búsqueda por la información publicada en páginas web a las que enlazan, pese a que no tengan control editorial sobre ellas.
En los apenas tres meses que han pasado, Google ha recibido más de 120 mil solicitudes de eliminación de datos personales. Mientras algunos aplauden el “derecho al olvido”, otros lo cuestionan. Aquí puede conocer un poco más sobre este tema y preguntarse si está de acuerdo o no.
SIN HISTORIA
En un mar legal en el que intimidad, privacidad y el debate sobre la libertad de expresión protagonizan la ya famosa sentencia del TJUE, asoma una perspectiva que añade algo más de complejidad al asunto: si Google (y el resto de motores de búsqueda) comienzan a borrar resultados, ¿cómo podrán los historiadores del futuro estudiar e investigar nuestra época?.
“La historia no la escriben sólo los líderes, los ejércitos y los reyes. La historia, sociológicamente hablando, se escribe desde lo que hacemos los individuos, los ciudadanos corrientes”, asegura Milagros Del Corral, ex Directora de la Biblioteca Nacional de España. “Es como armar un rompecabezas con muchos pequeños datos aparentemente irrelevantes que se demuestran relevantes en el contexto”.
Si en la actualidad no cabe duda de que las fuentes de información y la mayor parte de los recursos de investigación se encuentran en la Red, lo más probable es que el día de mañana internet sea la gran fuente de información.
RAZONES PARA OLVIDAR
El TJUE obliga a los motores de búsqueda a borrar los enlaces a informaciones que les perjudican a algunos ciudadanos y ya no son pertinentes. Para que alguien solicite la eliminación de datos, estos deben considerarse obsoletos, descontextualizados o lesivos de otros derechos. Si alguien en su juventud cometió alguna locura (una foto osada, por ejemplo) y en internet se informa este hecho, tal vez el “derecho al olvido” puede entregar una herramienta útil al afectado para que en un buscador de internet no quede asociado para siempre su nombre con esos contenidos. Lo mismo aplica para otros hechos que, siendo ciertos, puedan brindar una idea demasiado parcial y errada sobre una persona, o que afecten su esfera privada.
¿DERECHO REPRESIVO?
Desbordada por una avalancha de pedidos, Google afronta ahora el desafío de discernir cómo atender esa demanda ante el riesgo de que detrás del legítimo derecho a la privacidad se esconda la intención de ocultar al público datos incómodos de alta relevancia social. El formulario en línea donde se pide el retiro de enlaces aclara que se considerará borrar únicamente ‘links’ a datos “inadecuados, no pertinentes o ya no pertinentes, o excesivos desde el punto de vista de los fines para los que fueron tratados”.
El propio CEO de Google, Larry Page, advirtió en una reciente entrevista con el diario Financial Times que una excesiva regulación de la Red como la que plantea la sentencia europea podría “reforzar la mano de los gobiernos represivos que busquen restringir las comunicaciones en línea”.
¿Qué pasaría si los enlaces que alguien pidiera borrar hicieran referencia a casos de corrupción política, condenas penales, negligencia médica, estafas o mala praxis empresarial?, se preguntan los expertos.
EL DATO:
El fallo europeo se debe al caso del español Mario Costeja, quien había reclamado a Google, Yahoo! y Bing que retiraran los enlaces a medios de comunicación en los que se hacía referencia a un embargo judicial por una deuda que había sido saldada.