Dunga, técnico de la selección brasileña, creó una cartilla con normas de conducta para los jugadores convocados a su selección, en la que se veta las manifestaciones políticas, la religión (habitual entre los futbolistas brasileños) y se impone una ‘ley del silencio’ y reglas de etiqueta.

También prohíbe filtrar informaciones de la selección a la prensa o a los propios asesores de los jugadores, en un intento de imponer confidencialidad, algo que aparentemente ya ha sido incumplido, puesto que el reglamento fue filtrado a un diario de circulación nacional.

Además, se exige puntualidad a los jugadores y se establecen reglas de comportamiento, como no levantarse de la mesa a la hora de comer hasta que lo haga el capitán del equipo, que actualmente es Neymar. En relación a la vestimenta, se prohíbe usar en todo momento gorras, aretes y otros accesorios, algo que fue habitual en el Mundial y que Dunga criticó nada más asumir el cargo de seleccionador.