Hidrata tu piel de manera interna y externa. Esto se logra aumentando la ingesta de agua en promedio un litro y medio al día, y aplicando cremas hidratantes que proporcionen los nutrientes adecuados que la piel requiere y el uso de agentes de limpieza que mantengan en equilibrio el PH cutáneo.

Usa protector solar de forma correcta diariamente. Además, realiza exfoliaciones suaves con la finalidad de eliminar las células muertas, estimular el riego sanguíneo de la piel con la finalidad de prepararla para lograr una mayor penetración de los hidratantes que se utilicen posteriormente. Otra cosa que te ayudará es el descanso óptimo, dormir por lo menos ocho horas diarias.

La dieta balanceada es importante. Consume alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas, vegetales verdes, frutas, de preferencias cítricos, tomate, alimentos ricos en Omega-3 y 6. Por último, evita al máximo el tabaquismo y la ingesta de alcohol.