El ‘10’ sobre el ‘D10S’


Pedro Albundia | 10/16/2014, midnight
El ‘10’ sobre  el ‘D10S’

En Argentina –y en algunas partes del mundo, como Nápoles– Diego Armando Maradona es ‘D10s’. Ningún otro jugador nacido en Argentina ha sido un ídolo total para la hinchada. Pero hubo uno que llegó a desafiar ese estatus. No fue ni será Messi. Fue Juan Román Riquelme.

Cuando Maradona jugó su partido de retiro en noviembre del 2011 y dijo aquello de que ‘la pelota no se mancha’, llevaba encima una playera que no era la suya: era la de Juan Román Riquelme. Ambos se querían mucho por entonces. Pero eso se acabó ocho años después de que el jugador argentino más destacado de todos los tiempos colgó las botas.

Maradona dirigía la selección argentina cuando criticó públicamente al volante que se suponía sería su ‘heredero’ futbolístico. Román, que jugaba por entonces en el Villarreal de la Liga española, no aceptó el desafío del DT y renunció a la selección. Fue un escándalo. Así terminó la relación entre dos ídolos de Boca Juniors, uno de los equipos más ganadores y populares de Argentina.

Para nadie que haya vivido en ese país sudamericano cuando ocurrió este ‘corto circuito’ fue sorpresa que la barra de Boca Juniors, la popular ‘12’, se haya identificado con uno de ellos: Román. A Maradona lo llamaron ‘traidor’, a Riquelme le demostraban su amor con banderolas y mensajes de todo calibre.

En la historia del fútbol argentino quedará registrado que fue Riquelme (con 19 años) quien ‘sentó’ a Maradona un 25 de octubre de 1997, el último partido profesional del Diego en su tierra. Fue en un clásico que le ganó Boca a River en el ‘Monumental’ (por 2 a 1). Ahí nació la otra leyenda, la de Román.

Román no pudo ser el sucesor de Diego (porque no jugaba como él y no fue trascendental para la selección argentina). Tampoco triunfó en el fútbol europeo. Pero aquello que consiguió con Boca Juniors no lo logró nadie: trece títulos, entre ellos tres Copas Libertadores y una Copa Intercontinental.

Por estos días, Juan Román Riquelme (36) juega sus últimos partidos en Argentinos Juniors (otro legendario club de ese país). Dónde juegue, un puñado de hinchas de Boca lo sigue y lo apoya. Lo siguen amando.

Piden su regreso. Tienen la esperanza de que el ‘10’, el verdadero ’10’, regrese a casa a jugar sus últimos partidos y se despida rodeado de su familia.

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