Cómo escribir tu primer libro
Fernanda Beccaglia | 11/10/2014, 8 a.m.
Con lo que la tecnología y el Internet nos aportan en la actualidad, nunca ha sido más fácil escribir un libro. Las opciones son variadísimas; desde la más tradicional hasta la más actual y rápida como es la de publicación electrónica (e-book).
Sin embargo, hay algo que no cambia nunca—los elementos fundamentales que necesitarás elijas el método que elijas: organización, claridad, disciplina y determinación.
Y si el deseo de escribir tu propio libro es fuerte, y las ganas son incontenibles, aquí te paso una lista-ayuda para que tengas claro cómo hacerlo con éxito:
1. Define tu libro
Escribir un libro requiere de claridad y organización. Debes tener claro de qué se tratará y cómo presentarás el tema.
Piensa en el tema, en el tipo de libro que quieres escribir (no es lo mismo un libro para niños que una novela, uno de ficción, o una de cocina), en cómo lo quieres presentar y relatar, y cómo lo vas a terminar también.
Dentro de definir tu libro también debes definir la fecha de terminación o entrega. Si tienes un editor o compañía publicadora la definirás con ellos. Pero si estás solo debes ser diligente en cumplirla. (Más importante aún que cumplir la fecha de entrega es tener una y trabajar todos los días para llegar a ella ya que puede que existan circunstancias inevitables en el transcurso del mismo que debas tratar.)
2. Halla tu propia voz y no la cambies por nada
Cualquiera sea tu estilo, no intentes emular a nadie. Para muchos, lo más difícil del proceso de escribir un libro es hallar su propia personalidad, estilo y voz. Si tu estilo es barroco y complejo (como lo solía ser el mío de adolescente) sé fiel a el. Si es simple, ameno y familiar, pero directo y honesto (como es el mío hoy), no intentes lo contrario.
Ser fiel a tu estilo te garantizará claridad, definición y sencillez a la hora de llegar a tus lectores. Cuando yo escribo me imagino haciéndolo para amigos invisibles, y no nadie a quien quiera impresionar ni convencer de nada.
3. Identifica tu público meta y el largo del libro
Como te comenté más arriba, no es lo mismo un libro para niños que uno de ficción o de poesía. Si fuera para niños, por ejemplo, deberás decidir si quieres agregar actividades como páginas para colorear, el largo del libro, si llevará ilustraciones, si será un libro para que lean con los papás o solos. En suma, el público definirá el estilo y el largo del mismo.
4. Escribe todos los días un poco
Ponte una hora y un lugar para hacerlo. Y respeta el horario que te pongas para escribir. Eso creará una disciplina y una rutina fuerte. Todos tenemos distintos horarios. Algunos son mejores a la mañana, otros escriben mejor por la noche.
Si un día te sientas y no te sale nada, no te dejes vencer. Sal a caminar, haz ejercicio—desbloquear la energía te abrirá los canales creativos otra vez. Cada cual tiene también formas distintas de desbloquear la energía. Cuando yo me bloqueo lo mejor es salir a tomar aire y hacer ejercicio.
5. Ten actividades creativas
Si bien escribir es una actividad de por sí creativa, también es bueno que tengas otras externas a ella para estimularla y para inspirarla es ideal hallar otras fuentes creativas de expansión.
Para mí es leer, estudiar, conectar con la naturaleza, ir a museos, escuchar música, pintar, dar clases de yoga y cocinar; anótate en un club de lectores o escritores, deja expandir tu mente y creatividad con lo que te inspire hacer – Lo cual no quita que a veces sólo quieras quedarte en tu casa sin hacer nada y sin hablar con nadie.
Honra tus tiempos y necesidades. Honra tu proceso creativo porque es todo un nacimiento, parte de la expresión profunda del alma.
6. Ten un anotador siempre a mano
Tal vez un anotador sea un tanto arcaico con el uso masivo de notas de voz que todos los teléfonos inteligentes tienen. A decir verdad no lo uso ni me gusta (será porque no me gusta escuchar mi propia voz…) Prefiero tomar notas.
Pero si eres como yo, debes tener un anotador exclusivamente para tener las ideas organizadas y que no estén dispersas por todas partes. Sea lo que sea que uses, recuerda que nunca sabes cuándo te tomará de sorpresa la inspiración.
7. Documéntate y pide opiniones
El documentarse no aplicará para todos; dependerá de qué libro escribas, pero si tu libro requiere de información y documentación precisa, es vital que documentes todo. Si tienes amigos editores o escritores pídeles su opinión pero cuidado porque esto puede ser un arma de doble filo.
Son contados los amigos en la industria que pueda decir que me darán una opinión sana, abierta y de corazón. Busca siempre la inspiración y el apoyo dejando el ego de lado. A veces pedimos opiniones y vamos con la expectativa de lo que queremos escuchar y termina siendo un conflicto y un problema que no ayuda ni lleva a nada.
Durante el proceso de gestación de tu libro rodéate y busca opiniones de personas constructivas, profesionales, y que te inspiren e infundan respeto, y ve siempre con una mente abierta y humilde.
8. Revisa siempre tu trabajo pero no hagas ediciones finales
Volver a leer lo que escribiste con la mente fresca es diferente a ser tu propio editor.
Yo leo y releo mi trabajo, pero la edición final no la hago yo. Llega un momento en que debes dejarlo ir todo, desprenderte y dejar que tu trabajo tome vuelo.
9. ¡Haz ‘backups’ de todo!
Sí, de todo. No creo que haya forma suficiente en que pueda estresar lo importante que es esto. Yo he perdido libros, proyectos, trabajo y archivos de años por no hacer ‘backup’. Espero haberte inspirado para que lo hagas.
10. Que tus mejores amigos sean un buen libro y un diccionario
Un atleta practica todos los días para mejorar su rendimiento y estado físico. Lo mismo un escritor. Debes escribir y desarrollar el músculo de la escritura y creatividad. Habrá días en que crearás o sentirás que tu musa te abandonó para siempre, pero es como todo; son ciclos y debes aprovecharlos para enriquecer el material del libro. Relaja la mente y déjate llevar por el proceso mismo.
Leer te ayudará mucho también. Ya sea que leas sobre el mismo género del que estás escribiendo o diferente, lo importante es que estimules la mente al tiempo que la dejas ir y relajas para inspirarte y conectar con la esencia de lo que quieres transmitir en palabras.
Lo que me lleva a hablar de tu otro mejor amigo que debes tener siempre a mano: Un buen diccionario.
Antes teníamos que consultar los diccionarios pesadísimos de páginas impresas. En la actualidad, no hay excusa; los mejores diccionarios están en línea. Yo hasta tengo aplicaciones de diccionarios en mi teléfono.
Por último y más que nada, si tienes una idea y deseas compartirla y comunicarla con el mundo éste es el mejor momento para hacerlo ya que las formas de hacerlo nunca habían sido más fáciles. No pienses que porque alguien o muchas otras personas escribieron ya sobre el tema, tu libro no cuenta. Tu lo harás de una manera que nadie lo ha hecho antes porque todos somos únicos. Tu tienes una habilidad que nadie más tiene. Compártela con el mundo siendo tu mismo.