Si bien es cierto que las madres son trabajadoras incansables, es importante que tomen su tiempo de vez en cuando –después de todo, ¡son humanas! ¿Cómo celebrar este día tan especial? Aprovecha un par de horas para ti creando un spa sin salir de casa y sin gastar más de la cuenta. Te aseguramos que te relajaras al máximo ¡a pesar de la torre de platos sucios que tienes en la cocina!

Prepara tu ambiente

No te compliques. Para tu spa en casa, no requieres productos costosos, ¡tan sólo creatividad! Busca velas para decorar las esquinas de tu baño – recomendamos aquellas que te hayan sobrado de Navidad o de decoración. Unos palitos de incienso o aceites aromáticos en quemadores o agua caliente darán ese toque extra.

Ten a la mano toallas, pantuflas, batas de baño… ¡haz como si de verdad estás en un spa! Por último, selecciona algunos productos de belleza –exfoliante, mascarilla facial y para el cabello, aceites o geles para la ducha o baño, herramientas para la manicure y pedicura, cremas, tónicos, etc. Tú decides que tanto o que poco escoges para embellecerte.

Ahora sí, ¡relájate!

Empieza exfoliando tu cuerpo con una mezcla de miel o aceite de oliva con azúcar. Asegúrate de suavizar las zonas más ásperas como codos, rodillas y pies. Prosigue con una mascarilla casera para el rostro –la más común, yogurt con miel o avena y clara de huevo— y otra para hidratar tu cabello. ¿Quieres algo más natural? La mayonesa y el aceite de oliva previenen las puntas horquilladas y la miel ayuda a suavizar el cabello con frizz. Si tienes una bañera, aplica unas gotas de eucalipto o lavanda (que ayudan a dejar a un lado el estrés) y sumérgete en ella… ¡con vino o champaña en mano!

Consiéntete con detalles

Luego de ducharte, finaliza con detalles que te harán sentir linda por dentro y por fuera. Humecta tu piel con lociones y aceites y presta atención a tu rostro utilizando las cremas que se ajusten a tus necesidades. Aplica un suero en tu cabello para evitar la resequedad y envuélvete en una bata de baño súper cómoda… ¡el spa no ha terminado!

Hazte una manicura o pedicura, siempre pendiente de no eliminar las cutículas por completo. Píntalas de un color vivo y femenino –para la primavera y verano, los tonos corales, “desnudos”, fucsia y naranja están de moda— e hidrata tus manos con una loción pesada. ¿Te quedan pocos minutos? Arregla tus cejas (retira sólo los vellitos extra), estiliza tu cabello y maquíllate… Recuerda que las madres son mujeres ante todo— se vanidosa y acostúmbrate a este “ritual” una vez por mes. ¡Lo mereces!

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