Las retahílas ayudan a los niños a aprender español
Jennifer Brunk | 6/5/2014, 2 a.m.
Las retahílas para sortear juegos son una manera fácil y divertida de incorporar el español en el tiempo que pasas con tus hijos. A los niños les gusta decirlas, y al hacerlo practican la pronunciación y la rima. Hay muchas retahílas diferentes como estas, y muchas variaciones de cada una.
Estas retahílas se pueden usar para decidir a quien le toca cuando se juega un juego. También se pueden usar para decidir quién tiene que hacer algo primero, quién se va a sentar en dónde, o en cualquier situación en que los niños tienen que ponerse de acuerdo sobre algo que no tiene porqué no determinarse por la suerte.
De tin marín es la retahíla de sorteo más común de Latino América. Es tradicional, pero la última línea habla de pegarle a alguien, así que quizá prefieras enseñar otra retahíla. Las otras rimas también tienen la ventaja de ser más cortas, así que funcionan bien para niños que están aprendiendo el español.
Para las primeras dos retahílas de abajo, la persona a quien estás señalando cuando dices “tú” tiene que decir cuántos años tiene. Después cuentas hasta ese número, y la persona en quien cae está fuera o “la trae.”
Escoge una o dos retahílas de la lista de abajo y úsalas con tus hijos cuando se presente la oportunidad. Te sorprenderás de ver cuán pronto tus hijos las estarán recitando.
El cielo es azul.
¿Cuántos años tienes tú?
Zapatito blanco, zapatito azul.
Dime ¿cuántos años tienes tú?
Manzana, manzana
manzana podrida.
Uno, dos, tres, salida.
Cinco ratoncitos
de colita gris
mueven las orejas,
mueven la nariz.
¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco,
corren al rincón!
Porque viene el gato,
a comer ratón.
Tengo un gato en la cocina
que me dice la mentira.
Tengo un gato en el corral
que me dice la verdad.
En un café
se rifa un gato,
al que le toque
el número 4:
1, 2, 3 y 4.
En un café
se rifa un pez,
al que le toque
el número 10:
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10.
De tin marín, de dos pingüé,
cúcara mácara, títere fue.
Yo no fui, fue Teté,
Pégale, pégale, que ella fue.
Jennifer escribe en su blog Spanish Playground.