El Comité de Inteligencia del Senado de la Unión divulgó el pasado 9 de diciembre el informe de una investigación parlamentaria respecto de las técnicas de interrogación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a sospechosos de pertenecer a la organización terrorista Al Qaeda, capturados tras los atentados del 11 de setiembre del 2001. Este informe es el balance más detallado del programa secreto de la CIA para interrogar a prisioneros, que practicó torturas y métodos de interrogación mucho peores de lo que se había reconocido ante la opinión pública hasta ahora.

El informe del Comité de Inteligencia destaca que la CIA ‘engañó’ al Gobierno Federal cuando insistió que gracias a sus duras tácticas de interrogación se salvaron millones de vidas inocentes. Es irónico que esa afirmación resulta infundada por los archivos de la CIA, agencia que impidió por mucho tiempo que el Congreso de la Unión y la Casa Blanca tengan acceso a información confidencial sobre lo ocurrido a los sospechosos de ser terroristas.

Como la opinión pública recuerda, el ‘Programa de Detención e Interrogación’ de la CIA fue autorizado en secreto durante la Administración de George W. Bush en el 2002. El mandatario Republicano autorizó a la CIA a matar, capturar e interrogar a quienes eran sospechosos de ser altos mandos de Al Qaeda en todo el mundo. Fue en ese mismo año en que comenzaron a escucharse rumores sobre torturas y maltratos brutales de parte de esta agencia secreta. Entre esas prácticas vetadas por los tratados internacionales sobre derechos humanos, destacan las amenazas de muerte y de abuso sexual, la privación del sueño, exposición al frío extremo, alimentación rectal, encadenación por encima del suelo y la asfixia simulada, entre otros.

John Brennan, actual director de la CIA, ha dicho que los brutales métodos de interrogación contra individuos sospechosos de ser terroristas ayudaron a prevenir complots y ataques terroristas. El Presidente Obama dejó muy clara su posición contra este nuevo episodio oscuro que refuerza la mala imagen de la CIA en el país y en el mundo: “Decidí prohibir la tortura cuando asumí la presidencia porque una de las herramientas más poderosas que tenemos para enfrentar a los terroristas y mantener seguros a los estadounidenses es mantenernos fieles a nuestros ideales. Estos duros métodos no solo fueron inconsistentes con nuestros valores como nación, sino que no fueron de servicio a nuestros esfuerzos generales contra el terrorismo ni nuestros intereses de seguridad nacional”.

El prestigio de la Nación ha sido golpeado nuevamente con esta revelación oficial del más alto nivel. Y la opinión pública nacional y mundial condena el abanico de opciones que tiene (y ejerce con impunidad) una agencia de nuestro Gobierno. ¿Cómo decirle a los demás qué deben hacer y cómo hacerlo con esta doble moral?

EL DATO: Según el informe del Senado, alrededor de un centenar de detenidos fue interrogado por la CIA como parte del programa secreto.