6 mitos del pene
Dra. Aliza A. Lifshitz | 12/4/2014, midnight
¿El tamaño sí importa? Al menos eso es lo que nos hacen creer los vendedores de los productos para alargar el pene. Aprovechándose de la inseguridad que tienen muchos hombres sobre el tamaño de su miembro, ofrecen desde bombas de vacío y pastillas, hasta técnicas de ejercicios, prometiendo alargamientos asombrosos e increíbles.
El mercado actualmente se encarga de vendernos lo que “nos hace falta”, hasta lo que pareciera imposible como el alargamiento del pene. ¿Funcionan estos productos? Aunque todos alegan ser exitosos, la verdad es que hay muchos engaños escondidos detrás de tantas promesas increíbles. Entérate de algunas verdades ocultas detrás de tantas promesas falsas
1. Comprobado científicamente. ¿En serio? ¡No! Muchos de estos productos dicen que tienen investigaciones científicas que comprueban su efectividad y seguridad. Sin embargo, si miras bien la letra pequeña en muchos se puede leer: “Esta información no ha sido evaluada por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA por sus iniciales en inglés- la agencia federal que debiera aprobarlos)”. De hecho, ni la FDA ni la Asociación Americana de Urología han aprobado ni recomendado hasta ahora ningún tratamiento o dispositivo para alargar el pene por motivos puramente estéticos.
2. Una cirugía y ya está. Actualmente se pueden encontrar cirugías estéticas para aumentar el tamaño del pene, entre las cuales las más reconocidas son las inyecciones de grasa en el pene para volverlo más grueso y cortar el ligamento suspensorio para alargarlo. Aunque se dice que pueden funcionar, también es cierto que las inyecciones de grasa pueden hacerte perder sensibilidad, y cortar el ligamento suspensorio del pene puede hacer que el pene pierda soporte y no responda bien durante una erección. Además, hasta el momento no son reconocidas por ninguna sociedad médica y existen muchas dudas sobre los riesgos que tienen para la salud. Aparte de ser extremadamente costosas, algunos estudios sostienen que pueden causar infecciones, dificultad para cicatrizar, deformidad del pene y afectar su funcionamiento.
3. ¡Es una bomba! Las bombas de vacío (conocida también como “la bombita”) son un dispositivo externo que sirve para tratar la disfunción eréctil (impotencia), pues succionan la sangre para que entre al pene y así se obtenga una erección. Aunque al lograr una gran erección podrías sentir tu pene más grande de lo normal, la verdad es que cuando vuelve a la flacidez todo sigue igual y no es cierto que alargue el pene de forma permanente. Además, de acuerdo con la FDA, el usarlas más de lo indicado puede afectar el tejido elástico del pene, y causarte lesiones en el pene o infección. Y encima de todo, puede aumentar tu disfunción eréctil (o provocártela si no la tenías).
4. La pastillita milagrosa. Con la promesa de que son naturales, que contienen hierbas, vitaminas y hormonas, se venden muchas medicinas que prometen aumentar el tamaño del pene permanentemente. Pero hasta ahora no se ha podido comprobar nada. Igual sucede con las cremas o lociones de testosterona que le aplican a los niños para acelerar la pubertad y provocar el crecimiento del pene, no se ha podido comprobar que funcionen en los adultos.
5. Viagra lo soluciona. Muchos hombres creen que las medicinas para la disfunción eréctil, como el Viagra o el Cialis, ayudan a alargar el pene. ¡Falso! Estas pastillas aumentan transitoriamente el flujo de sangre al pene ayudando a que tengas una erección y pueden hasta hacer que sientas tu pene más grueso y más largo en ese momento. Pero, no es cierto que lo alarguen permanentemente.
6. Hecho en casa. Otro método muy popular es el de los ejercicios caseros, que algunos llaman “Jelqing”. Hay diferentes estilos pero constan básicamente en apretar y estirar el pene con las dos manos para empujar la sangre desde la base hasta la cabeza, y así forzar que el tejido esponjoso del pene se expanda. La efectividad de esta técnica no se ha comprobado, y en cambio, sí puede irritarte la piel, causarte dolor y hasta deformar tu pene.
EL DATO: Si realmente quieres saber si el tamaño del pene importa, mejor pregúntale a tu pareja. Probablemente te sorprenda saber que hay otras cosas que le interesan más que el tamaño
.