10 pasos para enseñarle a comer bien a tus niños
Fernanda Beccaglia | 12/2/2014, 8 a.m.
Algo que me preguntan con mucha frecuencia los padres es qué es lo que pueden hacer para enseñarle a comer bien a sus niños.
Lo que sí digo de primera instancia es que no aconsejo forzar o imponer nada a los niños cuando de comida se trata.
La comida no tiene que ser usada como premio ni como castigo. Sino como conexión interna con la vida, con el deseo de bienestar y salud, y como herramienta para hacer elecciones consientes que los beneficie.
Es enseñarles a los niños a tener una relación feliz y sana con lo que comen, y por ende con su cuerpo y mente, y con la naturaleza y el medio ambiente.
¿Cómo lograr lo que suena una tarea imposible y agotadora? Aquí comparto contigo las 10 formas más fáciles y encantadoras para enseñarles a comer bien a tus niños:
Léeles libros sobre comida. Hay cientos de libros que enseñan a los niños sobre la comida y de dónde viene, incluyendo dónde y cómo crece y por qué son importantes para la dieta diaria.
Juega juegos que involucre la comida. Así como con los libros, cada vez son más los juegos y aplicaciones de computadora que incorporan el tema de la comida.
Algunos toman el tema de la comida de una manera detallada explorando la cultura, ciencia e historia detrás de la misma.
Y a los chicos les encanta, les alimenta la naturaleza curiosa, los conecta con algo que está en contacto a diario, y les enseña e inspira sobre el origen de alimentos sanos como son las frutas y vegetales.
- Busca y fomenta escuelas con granja con currículos basados en el medio ambiente. Me encanta la organización sin fines de lucro Food Revolution de Jamie Oliver.
Esta organización va por las escuelas para enseñar a los niños sobre la importancia de una dieta sana.
También enseña a grupos juveniles, negocios, y comunidades enseñando sobre la alimentación, lo importante que incrementar el consumo de alimentos frescos y sanos como frutas y vegetales, informa sobre hechos reales como la obesidad y la diabetes, e inspira para proveer con una mejor alimentación al sistema escolar.
Esta organización tiene un programa que se llama “Aprende tus frutas y vegetales” el cual enseña a los niños sobre todos aquellos alimentos que desconozcan, les explica de dónde vienen, y cómo afectan el cuerpo.
Y no es que tienes que mandar a tu niño a una escuela con este sistema porque hay padres que no las pueden pagar, pero la idea aquí es que te inspires buscando material en internet en este tipo de organizaciones para que compartes con tus niños.
¿Y quién dice que no empieces tu misma con un movimiento en tu comunidad para llevar este tipo de educación a las escuelas?
- Inspira a tus niños a que se involucren en jardines y granjas comunitarias. Cada comunidad funciona distinto pero estas actividades existen en todo el país y cada vez se están haciendo más populares.
Hay granjas que contratan estudiantes y los impulsan a las actividades y prácticas sostenibles en tema cosecha, cocina y en la venta de los alimentos.
Si no encontraras algo así en tu comunidad o tus niños son muy pequeños aún, llévalos a viajes de campo, a interactuar con animales, a que vean de dónde vienen sus frutas y vegetales, a que estén en contacto con la naturaleza y comiencen a desarrollar amor y respeto por lo que comen a diario.
Esto también les despertará la curiosidad de saber de dónde viene lo que les sirva y a hacer sus propias elecciones. Los niños son muy inteligentes, conscientes y curiosos.
- Enséñales la importancia de la biodiversidad. Para ello puedes usar websites como el de SeedMap.Org, del cual recibo su boletín mensual, que te muestra la diversidad de las semillas alrededor del mundo y del origen mismo de la comida.
Por ejemplo, puedes seleccionar una semilla y con la ayuda del mapa mostrarles a los niños de dónde viene la semilla que originó el alimento que están comiendo.
- Involúcralos en las compras. Lleva a los niños al mercado verde local, a las granjas, a hacer las compras contigo.
Déjalos que toquen los vegetales, frutas, que huelan y prueben. Inspíralos a desarrollar una relación saludable con la comida.
Déjalos que seleccionen lo que les gusta en base a lo explorado. Déjalos “jugar” con los colores, olores, texturas y sabores.
Una vez en la casa, inspíralos a que escojan cómo comerían lo que eligieron, o pregúntales cómo les gustaría sin necesidad de que sea una forma definitiva de hacerlo. Foméntales la creatividad a la hora de comer.
- Crece tu propio jardín en la casa. Para esto no necesitas espacio afuera ni nada por el estilo (Bueno, si lo tienes mucho mejor, claro, pero no es necesario).
Puedes crecer tus propias hierbas en la ventana y hacer que los niños se involucren en el proceso de plantar las semillas, cuidarlas a diario y luego cosecharlas y usarlas en la comida.
- Miren programas educacionales juntos. Existen programas excelentes para mirar con tus niños como el de What’s on Your Plate Project (http://www.whatsonyourplateproject.org).
En este programa, por ejemplo, siguen a niños y a sus familias en su vivir diario aprendiendo sobre el sistema de la comida, y descubriendo la importancia que es estar consciente de lo que va en la comida, de dónde viene y quién la hace.
Pero éste es sólo un ejemplo de los tantos otros que hallarás en internet.
- Incluye a los niños en la planificación de la comida. A los niños les encanta sentirse involucrados y ser parte de lo que se planifique en especial si se trata de lo que es comida.
¡Te aseguro que te evitarás muchos dolores de cabeza a la hora de comer y ganarás muchas pancitas felices!
Hagan la lista de compras juntos, y como especifiqué antes, vayan de compras juntos y elijan las cosas juntos tocando, mirando y oliendo. Ayúdalos a que usen todos sus sentidos y se dejen llevar por ellos.
- Establece horarios y momentos de comidas en familia. En mi casa de niña esto era vital. En la actualidad parece que cada cual comiera por su lado, y esto incluye también a los niños que he observado muchos comen solos frente al televisor.
Y si comen todos juntos, el smartphone siempre está en el medio. Pon reglas y horarios para comer todos juntos, sin televisión, ni teléfonos, ni computadoras, ni tabletas.
La comunicación y relación que se entablece a la hora de comer es un lazo que se genera que es más fuerte de los que muchos creen.
Comer juntos en familia crea lazos familiares fuertes, genera un sentido de pertenencia y seguridad, reduce la obesidad y aumenta las probabilidades de que se consuma una dieta más sana y nutritiva.