Al estar un 40% por encima de su capacidad, el Austin Animal Center anunció que dejó de recibir animales desde el 13 de septiembre, por lo que urge a la población considerar adoptar algún perro o gato que se encuentra en su refugio.

Esta es la tercera ocasión en que se restringen los ingresos al refugio desde que eliminó la muerte de animales en 2011. En 2016 sucedió por asuntos de capacidad y en 2020 por la pandemia de COVID-19. El AAC solo atenderá casos puntuales y emergencias (como animales heridos o que presentan un riesgo de seguridad pública).

Debido a la falta de capacidad en las instalaciones –albergan a cerca de 700 animales– decenas de perros viven temporalmente en jaulas o cajas para mascotas, en espera de ser reclamados por sus dueños o de ser adoptados.

“Hemos estado por arriba de nuestra capacidad básicamente todo el verano”, señaló a El Mundo Newspaper, Kelsey Cler, gerente de Mercadotecnia y Comunicación del Austin Animal Center, refugio que en 2022 cumplió siete décadas de fundado.

En un memorando dirigido al alcalde y al Concejo de la Ciudad firmado por Don Bland, oficial en jefe de Servicios Animales de la Ciudad de Austin, donde se informa de esta determinación, se relata que desde el 1 de enero de este año el Austin Animal Center ha recibido 1,055 más perros y gatos de los que han sido adoptados o ubicados en hogares temporales; un promedio de 28 perros llegan cada semana y durante agosto hubo 121 más animales que fueron reclamados, adoptados, puestos en hogares temporales o rescatados.

Al menos una vez al mes, los sábados, este centro ha realizado eventos de adopción llamados Clear the Crates (Limpiar las cajas). El 27 de agosto lograron que 63 gatos y 47 perros encontraran un nuevo hogar; mientras que el 17 de septiembre 18 perros se mudaron a un nuevo hogar y otros 5 fueron ubicados en casas de acogida.

“No tenemos suficiente personal, voluntarios o espacio asegurados por lo que hemos tenido que restringir el ingreso de más animales hasta que podamos acomodar a los perros en las cajas”, agregó Cler.

Luis Herrera, educador público del Austin Animal Center, explicó que, aunque hay que tener en cuenta que una mascota implica gastos, el beneficio es mucho mayor pues los perros ayudan a regular el ritmo cardíaco y la presión arterial; nos mantienen entretenidos y pensando; ayudan a las personas con depresión o ansiedad porque les da sensación de felicidad; y al tener que sacarlos a pasear diariamente hacemos ejercicio. Además, al 90% de las casas que tienen un perro no ingresan a robar.

“Cuando tú adoptas le estás dando una segunda oportunidad a una mascota y estás ayudando a dos mascotas a vivir bien: la que te estás llevando y la que está llegando al refugio”, afirma Cler.

En un recorrido por las instalaciones del AAC se pudo observar que la mayoría de los perros son de la raza staffordshire bull terrier (pit bulls), que han sido estigmatizados por su fuerza y energía, pero cuya historia los ha hecho muy resistentes, trabajadores, inteligentes y cariñosos.