La guerra interminable


Agencias / Cortesía | 2/11/2021, midnight
La guerra interminable
DETRIMENTO. Los daños colaterales, cuando una autoridad insiste en decir mentiras, en sembrar vientos y en llenar de veneno las venas de la gente, hacen que el sistema sea tan tóxico que desata la violencia civil. |

Estados Unidos padece de un conflicto interno que no comenzó con la llegada de Donald Trump al poder ni con la toma del Congreso de la Unión. Empezó con la esclavitud y nunca terminó. Evolucionó. Tomó la forma de linchamientos, supresión del voto, ataques con perros policiales y la negación de servicios.

Las batallas raciales de hoy las libran legiones de personas blancas impulsadas por arquetipos, mentiras y teorías conspirativas que alimentan sórdidos personajes que habitan rincones ocultos del Internet y de la televisión.

Por mucho tiempo –según dirigentes defensores de los derechos civiles, historiadores y expertos en extremismo– muchos estadounidenses y funcionarios han ignorado el hecho de que hay una guerra de baja intensidad lanzada por los blancos.

Las posturas racistas son promovidas por medios de prensa y están representadas en estatuas y símbolos de esclavistas y segregacionistas que aparecen en sus manifestaciones. Estos son discursos y acciones que ayudan a los demagogos a ganar elecciones para cargos importantes.

Muchos blancos temen que el multiculturalismo, las políticas progresistas y una distribución equitativa del poder puedan acabar con ellos. Temen ser subyugados. Y ese temor, a menudo explotado por los Republicanos en el poder, ha resultado en la peor amenaza a todos los que no sean blancos, según defensores de la justicia racial.

EL DATO

Según la Liga Antidifamación, aproximadamente el 74% de los extremistas que cometieron homicidios en Estados Unidos entre el 2010 y 2019 fueron extremistas de derecha, la mayoría de ellos supremacistas blancos.