La crisis causada por la pandemia del COVID-19 que azota al mundo ha golpeado significativamente a Estados Unidos, pero particularmente los inmigrantes indocumentados quienes se convirtieron en las primeras grandes víctimas de esta grave situación.

Un informe del Washington Post indica que los primeros en la línea de afectación son los integrantes de este grupo social que además de lidiar con la constante persecución de la Administración Trump, se han convertido en la población más vulnerable, al no contar con ningún tipo de seguridad médica y laboral.

Los indocumentados desempeñan tareas en los sectores económicos de hotelería, restaurantes, bares, construcción, jardinería, muchos de los cuales se han visto paralizados por las cuarentenas dispuestas en varios Estados de la Unión, incluida Texas. En algunos casos, estos ciudadanos realizan empleos de alto riesgo en negocios que se mantienen funcionando, con el riesgo de sufrir accidentes o de contraer el coronavirus.

A esta complicada situación se suma que el Gobierno Federal excluyó a este grupo de ciudadanos de cualquier tipo de apoyo económico para salir adelante en este difícil momento. La mayoría no es elegible para el seguro de desempleo o los pagos en efectivo incluidos en el paquete de ayuda de dos billones de dólares que el Congreso de la Unión aprobó en marzo, aunque paguen impuestos o sus hijos sean ciudadanos estadounidenses.

DEBE SABERLO

Muchos de indocumentados que trabajan en la construcción, restaurantes y otros sectores de servicios, ya han perdido sus empleos.