Adaptarse o morir en el olvido
Agencias / Cortesía | 5/16/2019, midnight
Cuando Woodstock se acerca a su aniversario de medio siglo, con un festival de tres días que tendrá lugar en agosto en Watkins Glen (Nueva York), Michael Lang (74) creador del mítico festival, planifica una expansión global con financiamiento y asistencia en mercadotecnia de Dentsu Aegis Network, filial del gigante publicitario japonés Dentsu. Según Lang, el nuevo Woodstock se realizaría anualmente en países distintos. Japón, Brasil y España ya adelantaron su interés por organizar el evento.
La venta de estos eventos es un gran negocio. Coachella recaudó más de 100 millones de dólares (por primera vez) en el 2017, según Billboard Boxscore; y el festival Desert Trip del 2016 (apodado ‘Oldchella’ por la participación de los Rolling Stones, Bob Dylan y Neil Young) sumó 160 millones durante dos fines de semana. Aquí en Texas, el SXSW Music Festival recaudó en 2016 alrededor de 160 millones.
Lang afirma que el negocio es necesario para difundir el mensaje de Woodstock. La paz y el amor deben ser empaquetados y vendidos. Sin embargo, algo del espíritu solidario se mantendrá: el nuevo festival contará con un área ‘Goodstock’ donde los asistentes podrán interactuar con organizaciones como el grupo de control de armas March for Our Lives; el registro de votantes sin fines de lucro Head Count y la organización medioambiental Conservation International.
No todo va bien para el nuevo festival. Fichar artistas ha sido difícil. Lang intentó contratar a Bruno Mars para hacer un tributo a Sly de Sly and the Family Stone, pero el intérprete no estaba disponible. Su intento de conseguir el visto bueno de Lady Gaga fue infructuoso después de que ella aprovechara el éxito de A Star Is Born para programar una residencia en Las Vegas (Nevada). Sin embargo, trascendió que logró fichar a Jay-Z, a Miley Cyrus y a Carlos Santana, quien se presentó en el Woodstock original.