Con el paso del tiempo, las drogas se han convertido en una epidemia que cada año acaba con la vida de miles de personas en este país. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay tres tipos de drogas: Las depresoras, las estimulantes y las alucinógenas. Las tres son consumidas con avidez en la Unión Americana.

Las drogas depresoras adormecen, ya que producen efectos sedantes en nuestro organismo. Estas drogas son el alcohol; los tranquilizantes y ansiolíticos; los hipnóticos o inductores del sueño (barbitúricos, benzodiacepinas); los opiáceos (heroína, morfina, metadona, opio, codeína); y el GHB (Gamma Hidroxi Butírico).

Los narcóticos estimulantes aceleran las funciones del sistema nervioso central. Estas drogas son las anfetaminas; la metanfetamina; la cocaína y el crack; la nicotina; las xantinas (teína, teobromina y cafeína); y la taurina (bebidas energéticas). Los estupefacientes alucinógenos hacen que la persona perciba cosas o sensaciones que no son reales. Entre éstos destacan: el LSD, los hongos o setas alucinógenas, la mescalina, la psilocibina y la ayahuasca; los derivados del cánnabis (hachís, marihuana, aceite de hachís); las drogas sintéticas, éxtasis, el MBDB y el MDEA; la ketamina; la MDA; y los disolventes y sustancias volátiles como el acetato, el benceno, los aerosoles, la gasolina y las colas (pegamento).

El consumo prolongado de la gran mayoría de estas drogas alteran el funcionamiento normal del corazón, y abusar de éstas puede provocar ataques cardíacos, infecciones en los vasos sanguíneos y otros problemas cardiovasculares.

EL DATO

La droga es toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, puede alterar de algún modo el sistema nervioso del individuo que la consume.