El uso prolongado de dispositivos electrónicos, smartphones, tablets, videojuegos, entre otros, tanto en niños como en adultos, al requerir de mucha atención visual, impiden el parpadeo normal del ojo, lo cual reduce la lubricación natural de los ojos con el riesgo de provocar ‘ojo seco’, miopía y estrabismo a corta edad. La única forma que tienen los ojos de lubricarse es cuando los abrimos y cerramos, pues se produce una lágrima que se esparce. Si el ojo no se lubrica se reseca. Por eso el síndrome de ‘ojo seco’ está apareciendo cada vez más precozmente.

En verano también hay riesgos

La temporada veraniega brinda muchas opciones de diversión al aire libre para toda la familia y en especial para los niños; sin embargo, es la época del año más peligrosa para la salud ocular. De allí la necesidad de adoptar medidas preventivas para proteger nuestro ojos del sol y del agua contaminada de las albercas y playas con la finalidad de evitar casos de conjuntivitis y alergias.

En verano, los rayos ultravioletas son más intensos y peligrosos, de allí la necesidad de tanto niños como adultos utilicen lentes con filtro de 400 UV, pues la radiación solar es una de las causas de catarata, queratitis, pterigion (carnosidad) y otras alternaciones a nivel de la retina. La protección de la vista de los niños con lentes UV debe empezar desde bebés, pues en esta etapa sus pupilas están más dilatadas y por lo tanto el daño que produce la radiación puede ser mayor. Al igual que la piel, los tejidos y células de la vista tienen memoria y el daño en la vista es acumulativo.