El posible aumento de precio de la tortilla, un alimento básico para millones de personas en México, enfrenta a empresarios que alegan que se debe al alza de los energéticos; y al gobierno, que destaca que el costo de la tonelada de harina disminuyó en 2017 y advierte de posibles prácticas ‘anti competencia’.

Según los cálculos de la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillas (Unimtac), que representa alrededor de 80,000 tortillerías y molinos del país, el precio de este alimento indispensable para las capas más pobres del país, podría aumentar entre 1.5 pesos y 3 pesos por kilo (entre 7 y 14 centavos de dólar, aproximadamente).

El precio del kilo en tortillería se sitúa hoy entre los 9.33 pesos (0.50 dólares) en Puebla (estado de Puebla) y los 19.83 pesos en Hermosillo (Sonora), de acuerdo con el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercado (SNIIM) de la Secretaría de Economía (SE). El ponderado nacional es de 14.01 pesos (0.72 dólares) por kilo.

La Unimtac alegó que el precio de este alimento subirá a escala nacional por un cambio en los mercados internacionales del maíz y un considerable incremento en el precio del gas, la gasolina y la electricidad.

En la última década, el costo del kilo de tortilla ha subido más de un 60%. Por ello, la preocupación por el aumento del precio de la tortilla es habitual al inicio de año. Es oportuno destacar que el costo de las tortillas se agudizó en enero del 2017 coincidiendo con el alza de los precios de los combustibles (de entre un 14% y un 20%) que desataron una ola de críticas y protestas en la población.

EL DATO

Si bien México es autosuficiente en maíz blanco, cuyo principal destino es el consumo humano, cada año importa alrededor de 14 millones de toneladas de maíz amarillo, por un valor de 2,500 millones de dólares. El 95% procede de Estados Unidos.