Miles de menores de edad (estadounidenses o indocumentados) viven con el miedo de perder a sus padres por la deportación, y los que ya han perdido a un padre o a una madre como consecuencia de los operativos del ICE sufren problemas de estabilidad emocional y desarrollo personal a largo plazo.

Los niños separados de sus padres indocumentados terminan en casas temporales (foster care) que se encargan de ellos hasta la decisión final de las autoridades.

Según datos del American Immigration Council, alrededor de 5.9 millones de niños menores de 18 años nacidos en Estados Unidos viven con un padre o un familiar indocumentado, y la separación familiar por las deportaciones les acarrea a todos consecuencias físicas, emocionales, de desarrollo, y económicas.

Este el resultado de una política migratoria que no hace distinciones entre extranjeros con antecedentes criminales y aquellos que buscan una mejor vida aquí y hacen contribuciones económicas a través del pago de impuestos.

EL DATO

Las medidas policiales contra los indocumentados predice que habrá más casos de separación familiar.