Donald Trump se ha volcado a una pelea cargada de discrepancias políticas contra estrellas del baloncesto y el fútbol americano. El 22 de septiembre, Trump agredi´p verbalmente a los jugadores de la NFL que se arrodillan cuando se interpreta el himno nacional, una costumbre que inició Colin Kaepernick (San Francisco 49ers) en señal de protesta por el trato discriminatorio que la policía de este país le da a la comunidad afroamericana. Ese día, en un discurso en Alabama, Trump dijo que los jugadores que protestan al momento del himno deben ser despedidos: “¿No les encantaría ver a uno de estos propietarios de la NFL, cuando alguien no respeta nuestra bandera, decir: ‘¡Saque a ese hijo de puta fuera del campo ahora mismo, fuera, está despedido!’”. El comisionado de la NFL, Roger Goodell, reaccionó con consternación ante los comentarios del magnate. “Comentarios divisivos como estos demuestran una desafortunada falta de respeto por la NFL, nuestro gran juego y todos nuestros jugadores”, escribió Goodell en Twitter. Al día siguiente, en una conducta insólita para un presidente o político de este país, Trump lanzó comentarios insultantes contra Stephen Curry, estrella de los Golden State Warriors, equipo campeón de la temporada, a quien retiró una tradicional invitación a la Casa Blanca. Previamente, Curry declaró que no iría a la cita con el presidente.

El domingo 24 de septiembre la respuesta del mundo deportivo fue de rechazo a las palabras del mandatario. Esta vez también se unieron a la protesta algunos entrenadores en jefes y varios dueños de los equipos de la NFL, todos involucrados por las recientes críticas de ‘falta de patriotismo’ y ‘autoridad’ hacia las ‘ofensas’ a la bandera que han recibido por parte de Donald Trump. Es necesario destacar que la reacción de los aficionados en todos los campos ha sido de abucheos generalizados contra las acciones de los profesionales de la NFL y sus directivos.

Caída de los ratings

Otro comentario polémico para un hombre de la investidura de Donald Trump fue igual de

inusitado: “La asistencia (a los partidos de la) NFL y los índices de audiencia están por los suelos (...) Muchos no van porque aman a nuestro país. La liga debería apoyar a Estados Unidos”.

Según la página Pro Football Reference, el año pasado 17’788,671 personas compraron un boleto para ver un encuentro de fútbol americano en la temporada regular. En lo que va del 2017 (considerando que solo se han jugado 2 de las 17 semanas de la temporada) la cifra es de 2’138,055. Si comparamos el mismo periodo en ambos años veremos una reducción de cerca del 5% (113,243 espectadores).

Sports Media Watch ha declarado sobre el tema: “Es importante ver que la NFL no está decayendo mientras otras ligas crecen. Los ratings del Nascar están en el sótano ahora mismo. La NBA tuvo uno de sus juegos menos vistos en la historia el último año. Es un fenómeno de toda la industria y la NFL no es inmune”. La NFL se mantiene como el líder indiscutible en el mercado de deportes estadounidense, aunque la disminución en los ratings y controversias fuera del campo están comenzando a preocupar a los patrocinadores”.