Durante meses, el mercado laboral se ajustó a medida que la economía se aceleraba y como consecuencia de que el presidente Donald Trump, y sus aliados en Texas, emprendían una campaña contra los trabajadores indocumentados. Sin embargo, ‘Harvey’ llegó con las peores lluvias registradas en el territorio continental estadounidense hasta hoy. Y ahora, las consecuencias del fenómeno natural están a punto de poner a prueba los efectos de la retórica y las acciones contra la inmigración de esta Administración.

El cataclismo de Houston es la expresión extrema de las tendencias actuales: la cuarta ciudad más grande del país se enfrenta a uno de los mayores proyectos de reconstrucción de la historia nacional; mientras el Gobierno Federal detiene a un número creciente de trabajadores inmigrantes que acuden a la rehabilitación de los desastres.

En este contexto, las empresas minoristas, de servicios y especialmente las de la construcción tienen que buscar albañiles, instaladores de paneles y plomeros por todas partes para llenar las vacantes que los indocumentados dejarán por temor a ser detenidos por el ICE. Reunir una fuerza de trabajo para reparar la ciudad inundada tendrá repercusiones en todo el país, ya que cientos de trabajadores podrían dejar paralizadas obras en otras partes del país para darle prioridad a Texas.