Aquellas personas que soliciten una visa para ingresar a territorio estadounidense deben apegarse, durante al menos tres meses, a los planes que informaron a las autoridades migratorias o de lo contrario perderán inmediatamente sus visas, convirtiéndose en indocumentados sujetos a deportación.

La cosa es así: En los primeros tres meses una persona que llegue a este país como turista no podrá casarse con un ciudadano estadounidense, asistir a la escuela o tener algún tipo un trabajo. De hacerlo, el Gobierno Federal asumirá que esta persona mintió de forma deliberada a la hora de presentar su solicitud de viaje. Esto hará que pierda su permiso de permanecer en el país así como cualquier tipo de cambio de estatus migratorio.

Si después de tres meses desde que llegó a este país hay cambios en los planes de viaje del inmigrante, esto no se tomará como una falta grave pero sí será tomado en cuenta por las autoridades migratorias cuando la persona quiera renovar su visa de turista, cuando quiera pedir un cambio de estatus o desee aplicar para la residencia legal.

La nueva medida rige, especialmente, para las personas que llegan con visa desde Sudamérica, Medio Oriente, África y Asia. Las embajadas o consulados estadounidenses en los países de esas regiones pondrán más atención en los planes de viaje de cada inmigrante al que le entreguen una visa.