La semana pasada, las autoridades migratorias realizaron operativos en 42 condados del país, arrestando a 498 personas, en jurisdicciones conocidas como ‘santuario’, que son aquellas que limitan la cooperación de las autoridades locales con las autoridades de Inmigración. La operación policial se desarrolló en once lugares: los estados de Massachusetts e Illinois, los condados de Cook County (Illinois) y Santa Clara (California), así como las ciudades de Baltimore, Denver, Los Ángeles, Nueva York, Filadelfia, Portland y Washington.

El operativo de cuatro días apuntó a personas con prontuario criminal, prófugos y miembros de pandillas. Así, de los 498 detenidos, 317 contaban con antecedentes penales, 68 tenían pendiente comparecer ante las autoridades migratorias, 18 pertenecían a pandillas y 104 habían entrado irregularmente al país después de haber sido deportados en anteriores ocasiones.

Desde su llegada al poder el 20 de enero de este año, Donald Trump, ha emprendido una dura batalla contra las ‘ciudades santuario’, a las que acusa de poner en peligro la seguridad de los ciudadanos estadounidenses y a las que ha tratado de privar de fondos federales, destinados, por ejemplo, a mejorar el equipo policial de sus agentes. Frente a ello, los alcaldes de las ‘ciudades santuario’, la mayor parte demócratas, aseguran que las políticas del Gobierno Federal son las que ponen en peligro al país, ya que debilitan la cooperación entre las policías locales y las minorías inmigrantes.