Todos los latinos somos sospechosos


Angela M. Angulo | 5/11/2017, midnight
Todos los latinos somos sospechosos
Policia |

Dice el Gobernador, arrogándose la representación de todos los texanos, incluidos quienes vivimos en Austin y no pensamos como él, que en este país y en este estado son y serán siempre bienvenidos los inmigrantes legales. Miente. O es otra declaración hipócrita, como muchas de las que hizo cuando fue candidato al puesto que ocupa actualmente. Porque la población blanca y conservadora como él no tiene un trato amable con quienes no somos como ellos. Todo aquel con apariencia hispana o del Medio Oriente, es sospechoso de ser ‘ilegal’ o un ‘parásito refugiado’ a menos que demuestre lo contrario presentando documentos oficiales.

Greg Abbott ha convertido a Texas en un lugar inseguro para vivir. Al mismo estilo de George W. Bush y su colorida tabla de alertas. Porque es más difícil culpar a las minorías que no pueden defenderse, y que son fáciles de convertir en arquetipos negativos, que afrontar el problema con voluntad política y pragmatismo a través de un programa que otorgue, por ejemplo, licencias a los indocumentados que no tengan antecedentes penales y que sean cumplidos contribuyentes.

La pequeñez de Greg Abbott y su congregación de legisladores, ávidos por coartar, limitar y restringir los derechos de mujeres, de la comunidad gay, de las minorías afroamericana e hispana en el tema de los distritos electorales, perjudicará, en el mediano plazo, la paz de la sociedad en la que vivíamos. La diversidad cultural, la economía y hasta la seguridad ciudadana, sufrirán las consecuencias de estas imposiciones abusivas que se cubren con el velo de ‘lo justo’ para la sociedad. Así es como petardean el inconsciente colectivo de quienes están frustrados con sus monótonas vidas, de aquellos que sólo hablan un idioma y nunca han salido del país, la mayoría devotos electores de quienes hoy gobiernan Texas. Al mismo estilo de George W. Bush. El miedo como dogma. El miedo al otro para distraer a sus votantes y hacerles sentir que ‘algo se hace por ellos’.

En situaciones como ésta, cuando la autoridad impone un régimen que linda con el fascismo, lo único que queda es la respuesta ciudadana determinada e implacable que le recuerde al Gobernador y a los legisladores que apoyaron la SB4, que el poder nace del pueblo, de la sociedad, y no de sus querencias, de sus limitaciones, de sus taras y prejuicios. Quienes, como yo, estén en desacuerdo en que los policías cumplan las funciones delegadas a los agentes migratorios debemos denunciar y presentar demandas civiles y furibundas quejas si es que nos detienen sólo por hablar español o por ser notoriamente latinos.

La ‘temporada de cacería’ entrará en vigencia a partir de septiembre, a menos que la Corte Suprema o alguna otra Corte ‘congele’ este despropósito. El Mundo Newspaper no está en desacuerdo con que se cumplan las leyes. Nuestra posición es que cada oficial tiene una tarea determinada. Cada oficina, federal, estatal y local, tiene un objetivo. Que cada quien haga lo que tiene que hacer, lo que dice su reglamento, para lo que fue elegido por voluntad popular o por designación, con todas las ganas que desee poner a su trabajo. Pero que no se utilicen recursos de los contribuyentes para hacer cumplir una ley que, so pretexto de ‘mantenernos seguros’, aterroriza a una parte importante de nuestra sociedad, a la vez que nos hace presa, a todos, de la delincuencia que tiene ciudadanía estadounidense y que seguro se frota las manos porque tiene la mesa servida.