No sale en la tele. En 30 años de carrera solo ha dado dos entrevistas en televisión, una en 1985 y la otra en 2016. No publicita sus conciertos. No tiene patrocinadores. No contrata avisos ni pega afiches. Basta un ‘post’ o un ‘tuit’ en redes sociales, y luego es cosa de dejar que se active el boca-a-boca.

No necesita de los medios; los medios lo necesitan. Da uno o dos conciertos al año y el resto del tiempo lo pasa encerrado en su residencia de Parque Leloir, un barrio mesocrático de Buenos Aires. Recluido en su estudio. Leyendo. Sin contacto con periodistas, gente del show business ni fans. Es Carlos ‘Indio’ Solari (68), un mito popular a la altura de Perón y Maradona. Su convocatoria no la tiene Charly García ni la tuvo Gustavo Cerati. El sábado 11 de marzo convocó a ¡400,000 personas! en Olavarría (provincia de Buenos Aires). Dos personas murieron.

La ley de su país y los líderes de opinión lo culpan. Los fanáticos temen que ese trágico incidente lo decida a dejar de cantar. Hace un año, el ‘Indio’ Solari reveló que tenía Parkinson y que su futuro no era largo. No necesita nada más, la verdad. Quienes vivimos en el Centro de Texas podemos disfrutarlo en YouTube. Una leyenda viviente.