Por estos días la incertidumbre se ha apoderado de una buena cantidad de extranjeros que llegan a este país a buscar un futuro mejor. De entre todos los inmigrantes, la comunidad indocumentada es la que está en la mira de los estafadores. Como consecuencia, las denuncias por estafa han aumentado considerablemente desde que Donald Trump asumió la presidencia en enero.

Los delincuentes utilizan dos formas de engaño: se hacen pasar por agentes del ICE para captar a cientos de personas que desean legalizar su estatus migratorio (aunque el ICE no se encarga de ese trámite). Además de estos inescrupulosos, también se han reportado en todo el país a falsos notarios (que no tienen título alguno en leyes) ofreciendo ayuda para ‘agilizar los papeles’ a pesar de que, por ley, no están autorizados a realizar ningún trámite (y menos los migratorios, que son delicados).

Las modalidades de cobro son dos: piden pagos de hasta 500 dólares mediante llamadas telefónicas y a través de emails. Ante el desconocimiento de la normativa por parte de los indocumentados, es más fácil que sean embaucados.