En los últimos años hemos visto cómo la extrema delgadez, la juventud, la raza, y la estatura han marcado parámetros de belleza casi inalcanzables para muchas mujeres, lo que, en algunos casos, afecta su autoestima. Ante este embate de la demoledora publicidad, que impone ‘patrones de belleza’ irreales, las mujeres deben concluir que el aspecto físico no es lo que define si son hermosas o no.

Los patrones de belleza convencionales ya quedaron atrás. Existen muchas críticas hacia los certámenes de belleza, por ejemplo, y por eso en la actualidad estos concursos buscan acabar con los estereotipos al haber eliminado el límite mínimo de estatura y tallas corporales. El objetivo es encontrar una belleza integral, una mujer fuerte, independiente y segura de sí misma, ya que estos son los atributos que hacen bella a la mujer de hoy.

¿Quién determina lo que es bello y lo que no? Nadie puede hacerlo. Lo que conocemos como belleza son estereotipos impuestos que debemos dejar atrás para defender la belleza propia, esa que es única, espontánea y real. Lo que realmente define la belleza es cómo se siente cada mujer consigo misma. La belleza interna es la más importante y, por más que la sociedad diga lo contrario, eso es algo que nunca se debe olvidar.