Un drama que se hará habitual


REDACCION EL MUNDO | 7/20/2017, midnight
Un drama que  se hará habitual
ICE detienen a los hombres y mujeres indocumentados en las calles. |

La política migratoria dictada por Donald Trump ha llevado a los agentes del ICE a intensificar las redadas contra los inmigrantes indocumentados. La medida ha causado temor en la población aludida, y ha trastornado la vida cotidiana de millones en todo el país. Muchos de ellos llevan décadas en Estados Unidos.

EL DATO

A pesar de que la ley SB4 no entrará en vigor hasta septiembre de este año, su aprobación ha disparado las alarmas entre los aproximadamente 10 millones de hispanos que viven en Texas.

Aunque durante sus primeros cien días como presidente, Trump deportó a 41,000 inmigrantes ilegales, la mayoría de ellos con causas criminales, el número de indocumentados expulsados que carecían de antecedentes penales es el doble con respecto del mismo período en 2016 (fueron más de 10,000).

Durante décadas ningún partido político ha sido capaz de resolver el problema de los millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos. Aunque muchos demócratas apuestan por ofrecer la ciudadanía a los inmigrantes irregulares que carezcan de antecedentes criminales, la mayoría de republicanos se opone a esta medida por considerarla una ‘amnistía’ abusiva. Por el contrario, muchos apuestan a que se aplique la ley actual, que obliga a deportar a todos los inmigrantes que estén en el país sin los documentos necesarios para vivir y trabajar.

En Texas, la causa de la angustia y el pavor que tiene en jaque a la comunidad indocumentada tiene que ver con la nueva ley estatal SB4, que entrará en vigencia desde el 1 de septiembre. A partir de ese día, si un policía los detiene (por cualquier causa) podrá preguntar cuál es su estatus legal en el país. El intervenido podría ser arrestado y deportado.

Aunque históricamente la policía local no tiene por qué hacer cumplir las leyes migratorias, que es competencia de las autoridades federales, la SB4 prohíbe a los departamentos de policía adoptar una política de no cooperación con los funcionarios de Inmigración. Por el contrario, exige a los agentes policiales que ‘pidan los papeles’ a las personas sospechosas de estar en el país de forma ilegal. La inminente deportación de decenas de indocumentados en el estado, a partir de septiembre próximo, provocará la separación de familias.

Los daños inmediatos lo sufrirán los niños, hijos de esos indocumentados. El drama en ciernes tendrá un impacto de gran magnitud en la sociedad texana.

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