Comer pescado protege tu corazón y tu cerebro


REDACCION EL MUNDO | 7/6/2017, midnight
Comer pescado protege  tu corazón y tu cerebro
Comer Pescado |

El pescado destaca por su alto aporte nutricional y por ser un alimento que puede aprovecharse en todas las etapas de la vida. La evidencia científica ha demostrado que el pescado es un alimento altamente recomendado por ser fuente de proteínas de alta calidad, minerales y vitaminas necesarios para el ser humano.

Las personas que consumen del tipo graso dos veces por semana tienen menor posibilidad de desarrollar Alzheimer; además, el Omega 3 tiene un efecto preventivo frente a la depresión y ayuda a controlar los niveles de colesterol malo en sangre.

Consumir pescado protege al corazón gracias a su alto contenido de Omega 3, un ácido graso esencial para la salud y que el organismo no produce por sí solo. “El pescado tiene una muy buena cantidad de aceites omega, y eso nos ayuda a protegernos de enfermedades cardiovasculares.

Los peces de mayor tamaño tienen más posibilidad de concentrar mercurio. Por eso, lo recomendable (sobretodo en mujeres en edad fértil, gestantes, lactantes y niños) es consumir especies pequeñas como la anchoveta, la sardina, el pejerrey y el jurel, ya que tienen menor posibilidad de contener mercurio.

La cantidad de pescado recomendable para la población adulta en general (incluido las mujeres en edad fértil) es de 2 a 3 porciones semanales de pescado, considerando que sola equivale 120 gramos. En el caso de los niños de entre 4 a 7 años se aconseja incluir pescado 1 a 2 veces semanales y su tamaño de porción es 60 gramos.

SEÑALES DE ALERTA

Un pescado en buenas condiciones evitará el riesgo de tener una infección estomacal o una intoxicación alimentaria; dos dolencias diferentes, pero con síntomas similares (náuseas, vómitos, fiebre, dolor de estómago, escalofríos o diarrea).

• Tiene los ojos vidriosos, saltones.

• La carne es elástica y firme al tacto.

• Las agallas son rojizas y húmedas.

• Las escamas están firmes y adheridas a la piel del pescado.

• El olor a mar característico.

• Una vez preparado, el pescado no debe tener un sabor agrio o ácido.