Mientras que el Partido Republicano ha repudiado a Roy Moore (candidato a senador por Alabama) y le ha pedido que renuncie a la elección del 12 de diciembre, Donald Trump no ha tenido reparos en apoyarlo con entusiasmo, dejando de lado las acusaciones que arrastra el candidato.

Las imputaciones contra Moore, un jurista ultraconservador de 70 años, son por presuntos hechos ocurridos en los años setenta. Una de las mujeres asegura que cuando ella tenía 14 años, Moore, que entonces tenía 32 años, la tocó y besó. El candidato niega todas las acusaciones. La cúpula del Partido Republicano ha dicho creer a las víctimas. Trump se mostró inicialmente muy silencioso sobre las acusaciones contra Moore, pero hace dos semanas las minimizó. Ahora considera que es necesario el voto de Moore en el Senado de la Unión (que mantendría a los Republicanos con cuatro escaños más que los Demócratas) para su agenda de mano dura contra la inmigración irregular, que es además contraria al aborto o de apoyo a la Segunda Enmienda de la Constitución, que ampara el uso de las armas de fuego.