El exceso de trabajo y las largas jornadas pueden afectar a cualquiera, pero especialmente a las mujeres, que tenemos múltiples responsabilidades. Este estado de tensión y ansiedad interfiere también con el desempeño y la productividad de todo lo que hagamos, además de afectar seriamente nuestra salud.

Según los especialistas, el estrés laboral se asocia, a la larga, con enfermedades agudas y crónicas, que van desde la gripe y el estreñimiento hasta los trastornos cardiovasculares, la diabetes y el cáncer. Además, los problemas aumentan si se combina el estrés con estilos de vida poco saludables (sobrepeso, sedentarismo, ansiedad, depresión). Para evitar el estrés laboral, los expertos recomiendan practicar técnicas de meditación y relajación basadas en el ‘mindfulness’ (sentarse sobre un cojín o una silla, con la espalda erguida y los ojos cerrados, respirando lentamente), el yoga y el tai chi. También es necesario mantener una alimentación saludable, hacer actividad física moderada y tener una relación positiva con los demás. A esto se le debe sumar el descanso de ocho horas diarias, disfrutar de pasatiempos y actividades recreativas (caminar, leer, escuchar música) y realizar actividades estético-culturales (museos, exposiciones), acciones de participación y ayuda a la comunidad. Todo ello, contribuye a reducir los niveles de estrés laboral y familiar y a mejorar la salud, productividad, calidad de vida y felicidad.