Desde el 2012, visitar Barton Hill Farms (una extensión de terreno en el que se puede encontrar un laberinto de maíz de seis acres, un patio de aproximadamente cuatro acres, un sembradío de calabazas y más de 18 atracciones) se ha convertido en una tradición familiar durante la temporada de otoño.

“Mi socio, Andrew Taft, y yo, buscábamos eventos familiares en Austin pero no encontrábamos muchos. Parece que hay muchos festivales durante los fines de semana para solteros profesionales pero ninguno para toda la familia. Así que decidimos crear Barton Hill Farms, un lugar enfocado en la familia, declara para El Mundo Newspaper Craig Swanson, copropietario del lugar.

Cada año, Barton Hill Farms celebra la llegada del otoño con un festival, en donde la atracción principal es su famoso laberinto de maíz, que en cada nueva temporada presenta un tema diferente. Este año celebra la épica novela tejana ‘Lonesome Dove’ (1985), escrita por Larry McMurtry.

Y si un laberinto cuyo recorrido toma aproximadamente 45 minutos no es suficiente para los visitantes, es indispensable pasear por el ‘Spookly the Square Pumpkin’, otro laberinto, pero diseñado para niños, con un recorrido de entre 20 a 30 minutos. Los dos laberintos cuentan con señalización para usar como referencia y encontrar la salida.

La granja Barton Hill Farms también es conocida por su llamativo ‘parche de calabazas’, una hermosa vista de color naranja que se puede apreciar desde la entrada principal. Cientos de calabazas yacen tendidas alrededor de una pequeña cabaña.

Los asistentes pueden elegir su calabaza favorita (y llevarla a casa) por sólo $10 (grande) o $5 (chica), además de tomarse fotos con ella en este panorama acogedor. Es oportuno destacar que el ‘parche de calabazas’ de Barton Hill Farms fue catalogado por TexTraveler.com como uno de los cuatro mejores de Texas.

Para añadir emoción a su visita, la granja también ofrece un recorrido en tren para chicos y grandes, con el que podrá recorrer el maizal y la granja. La emoción se vive a flor de piel al escuchar el sonido de la tierra debajo del tren, de las hojas del maizal que se mueven con el viento y las risas de los asistentes.

Otra actividad llamativa del Barton Hill Farms es la pequeña granja de animales en la que destacan puercos y borregos. Aquí los niños pueden alimentar y acariciar a los animales o pueden brincar hasta cansarse en la almohada gigante que se encuentra en medio del patio de cuatro acres. También pueden divertirse jugando con la arena del viejo barco ‘The Lively’, de 50 pies.

Si los visitantes quieren poner en práctica sus habilidades físicas con otro tipo de aventuras, la súper pista de bicicletas disponibles para chicos y grandes son ideales; también las ‘carreras de ratones’, en las que los pequeños compiten dentro de barriles de plástico como si fueran ratoncillos. Otras opciones divertidas son las carreras de sacos y el fútbol americano. Para quienes deseen un poco de sosiego el lugar es perfecto para disfrutar del aire libre.