Quienes conocimos al abogado Heriberto “Ed” Martínez recordamos su sonrisa limpia, su carácter amable hasta en las discrepancias, las palabras suaves que empleaba al conversar (sea con amigos o clientes), la humildad de su proceder y, especialmente, todas las veces que citaba a su padre con la frase “perro que ladra no muerde”, a la que aludía cada vez que se refería a quienes ofrecían cosas que no podían cumplir o, en el caso de las leyes, a quienes prometían estrategias y resultados anticipados sin conocer las dificultades inherentes a cada caso.

El Mundo Newspaper tiene el placer de haber tratado con un gran ser humano, un profesional cabal que ejercía su especialidad con alto sentido ético. De las cosas que agradeceremos siempre, destacó su disposición al contestar siempre las preguntas de nuestros lectores y las consultas que le hizo El Mundo Newspaper cuando necesitamos de su consejo. Sus recomendaciones siempre fueron acertadas y, a lectores y a este semanario, nos ahorró tiempo, sinsabores y dinero.

Hubo quienes se pronunciaron en las redes sociales asegurando haber sido amigos del abogado Martínez. Eso sólo confirma la diplomacia y grandeza que ejercía en su conducta cotidiana un ser humano que fue abierto al trato con los demás, pero reservado al momento de brindar su amistad.

El personal de este semanario conoció al abogado en largas charlas “off the record”. Es testigo de esto nuestra gerente administrativa, Betty García-Portuondo, amiga personal del jurista y confidente de mil datos y opiniones reservadas sobre situaciones y personajes de nuestra comunidad.

Porque más que un cliente leal y constante de este semanario, el abogado Heriberto Martínez era considerado familia por quienes somos parte de El Mundo Newspaper, ya que siempre creyó en nuestros contenidos, en nuestros proyectos, en nuestros eventos sociales y en el objetivo que tenían éstos por ser sinceros y desinteresados.

El abogado Martínez también participó de las campañas sociales de El Mundo Newspaper a favor de las familias con menos recursos económicos de nuestra comunidad, siempre afable, siempre modesto, cercano, de trato cortés e identificado con aquellos que denominaba “mi raza”.

Lamentablemente, el cáncer, tan implacable a veces, pudo más, y anticipó el encuentro del Abogado Martínez con el Todopoderoso. La partida de un amigo siempre remece el alma de quienes lo sobrevivimos pero quedan los recuerdos, las anécdotas y la satisfacción de haber compartido parte de esta vida con un hombre, profesional y amigo.

En el balance final, no es inexacto asegurar que el abogado Heriberto “Ed” Martínez fue río y no laguna: le dio la mano a quien lo buscó y confió siempre en la grandeza de nuestra gente, en su aporte a la ciudad en la que vivimos y en el crecimiento de la comunidad en su conjunto.

También fue un aventurero que retaba constantemente a su espíritu juvenil con acciones delirantes como cuando cumplió su deseo de lanzarse en paracaídas, evento íntimo que compartió con nosotros por la mutua camaradería que nos unía, y fue por ello, que su familia escogió a El Mundo Newspaper para presentar este humilde reconocimiento a este gran ser humano.