Según los expertos, la leche materna es especialmente importante para los bebés que padecen enfermedades, ya que el riesgo de contraer infecciones intestinales devastadoras es diez veces mayor si se alimentan con fórmula en lugar de leche materna.

Menos de la mitad de las madres que dan a luz a un bebé prematuro tienen la capacidad de amamantar a sus pequeños, sin embargo, sus bebés pueden obtener muchos de los beneficios de la leche materna gracias a la leche donada; ya que ésta contiene anticuerpos para combatir enfermedades e infecciones, protege contra alergias y contiene hormonas de crecimiento vitales que le ayudan al bebé a desarrollarse.

Procedimiento y costo

Los proveedores de salud o los médicos son los únicos que pueden prescribir el uso de la leche materna donada. Si el bebé se encuentra bajo cuidado médico, el hospital es responsable de ordenar la leche para sus pacientes hospitalizados. Kim Updegrove explica: “Hay ocasiones en que el bebé es dado de alta pero sigue necesitando de la donación de leche materna para sobrevivir.

En esos casos, el bebé requiere la prescripción de un médico y una carta que explique la necesidad del paciente. El costo de procesamiento de la leche y los costos de envío se facturan al hospital y posteriormente a su compañía de seguros. Si su bebé no está hospitalizado, se le cobrará la tarifa. Sin embargo, Texas Medicaid cubre actualmente el costo de la leche de los donantes por un período limitado de tiempo, siempre que sea médicamente necesario. En algunos casos podemos establecer un plan de pagos. Es importante tener en cuenta que todos los bebés con la necesidad médica de leche materna, cuyas madres no pueden proporcionárselas, son elegibles para recibir este plan, por lo menos durante un tiempo limitado, independientemente de la capacidad de pago”.

Finalmente, para asegurar el bienestar de los bebés, la leche materna donada es analizada y procesada para eliminar cualquier bacteria o virus. ‘El método de pasteurización que utilizamos en el Banco de Leche Materna en Austin mantiene aproximadamente 70% de las cualidades inmunológicas de la leche, las cuales ayudan a proteger a los bebés de las enfermedades. Para garantizar su seguridad, también se realizan pruebas bacteriológicas antes de embotellar la leche pasteurizada. Sólo un pequeño porcentaje de las propiedades benéficas de la leche se ven afectadas por el proceso de pasteurización’, concluye Updegrove.