La tarea pendiente del ‘Jefe’


El jefe del APD tiene como meta disminuir el índice de crímenes contra la propiedad privada

Marlon Gomez | 10/6/2015, midnight
La tarea pendiente del ‘Jefe’

Ser jefe de policía no es tarea fácil. Cuando se reportan crímenes, la sociedad mira a quienes dirigen los cuerpos de seguridad y exigen una explicación de por qué no logran evitarlo. En una sociedad tan diversa como la de este país, también se les pide el respeto y defensa de todos los grupos sociales, especialmente cuando se trata de minorías.

Arturo Acevedo es la cara del Departamento de Policía de Austin (APD) desde el año 2007 y cree que su principal logro es haber construido una relación de confianza entre la policía y la gran mayoría de la comunidad; y más importante aún el haber controlado el índice de violencia en la ciudad.

Sin embargo, el Jefe Acevedo sabe que aún hay trabajo por hacer para convertir a Austin en una ciudad con menos criminalidad, siendo la venta y distribución de drogas y los delitos contra la propiedad los principales enemigos de nuestra sociedad. El Jefe Acevedo está dispuesto a combatirlos. Esta es la entrevista con el hombre que reconoce sus tareas pendientes.

CRIMENES EN AUSTIN

Delitos / 2012 / 2013

Hurto / 33,913 / 32,948

Robos en casas / 7,244 / 6,550

Robo de autos / 2,315 / 2,169

Ataques físicos / 2,187 / 2,111

Asalto a mano armada / 978 / 763

Violaciones / 209 / 217

Incendios provocados / 121 / 105

Asesinatos / 31 / 26

¿Cómo llegó a ser el jefe del APD?

Estaba trabajando con la Patrulla de Caminos en Los Ángeles cuando supe que la ciudad de Austin buscaba al jefe de la policía; recuerdo que al leer el perfil de lo que buscaban en el líder policíaco me dije ‘ese soy yo’: una persona que entiende a la comunidad, que tiene respeto por el ser humano. Pensé ‘esta ciudad me está llamando a mí’. Apliqué y el proceso fue difícil, fuimos alrededor de 80 candidatos, pero me seleccionaron.

¿Se equivocó al tomar esa decisión?

No. Soy afortunado de ser el jefe de policía de una de las ciudades más bellas del país.

Pero estuvo tentado de irse a San Antonio.

Los jefes de policías de las ciudades grandes duran entre tres y cinco años en el cargo. Yo ya tengo más de ocho años y ésta es la ciudad número once en tamaño por población. Lo que me gusta de San Antonio es que las minorías son mayoría: el 60% son latinos y hay un alto porcentaje de personas de color. Esa ciudad tiene muchos problemas de violencia y pensé ‘me encantaría ese reto’.

Es de conocimiento público que recibió un aumento de sueldo. ¿Se quedó por el dinero?

Hubo muchos factores, pero al final del día no me quedé aquí por el aumento de sueldo, me quedé porque mi corazón me dijo ‘tu trabajo aquí no ha terminado’. Mis oficiales no querían que me fuera; en la calle muchas personas me pidieron que no prescindiera del cargo. El día que fui a la entrevista en San Antonio alguien escribió en Facebook: ‘¿Quién nos va a defender si se va el jefe?’. Esa noche se me aguaron los ojos, con Dios como testigo te juro que sentí el afecto de la comunidad y de mis policías y tomé la decisión con mi corazón.