Un programa de refugiados para niños centroamericanos que huyen de la violencia en sus países y que fue anunciado por el Presidente Barack Obama el año pasado, no registra ningún ingreso hasta el cierre de esta edición, aunque las autoridades dicen que los resultados se notarán en el corto plazo.

Dicho programa, activado en diciembre, señala que aquellos padres que se encuentren legalmente en este país y sus hijos residan en Centroamérica, pueden solicitar el estatus de refugiados y, una vez concedido el beneficio, ser trasladados a territorio estadounidense sin tener que correr los riesgos de hacer la travesía por tierra. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) hace efectivo este programa, determinando si los peticionarios cumplen con los requisitos para reunirse con sus parientes en este país.

Pero el plan no tiene el éxito que se pensaba, ya que uno de los principales obstáculos para el fracaso de este programa es la burocracia, un problema que la enfurece a los defensores de los niños migrantes.

De acuerdo con datos del Departamento de Estado, hasta ahora alrededor de 5,400 solicitudes de refugio han sido presentadas (principalmente en El Salvador) y la mayoría de los peticionarios argumentan que tratan de huir de las pandillas callejeras, la extorsión y asalto sexual. Menos de 100 niños han sido entrevistados. AGENCIAS