Con tatuajes y un estilo urbano, pandillero y más desafiante que nunca regresa a la pantalla chica la actriz María Elisa Camargo en ‘Bajo el Mismo Cielo’ , la más reciente producción original de Telemundo grabada en las calles de Los Ángeles y Miami que se estrenó el pasado martes 28 de julio.

Este es su segundo protagónico en Telemundo después de ‘En Otra Piel’, pero esta vez da vida a Adela Morales, una inmigrante mexicana que se vuelve ruda, agresiva y solitaria por cuestiones de la vida. Habiendo crecido en un hogar disfuncional, con una madre alcohólica y promiscua, Adela y su hermano mayor Matías (Carlos Ferro), se unen al mundo de las pandillas. Un solo error bastará para que ‘la colonia’ se torne contra ambos y en su intento de sobrevivir Adela conoce a Carlos Martínez (Gabriel Porras), un humilde jardinero con una historia también de pérdida y pobreza. Juntos, buscarán la felicidad ‘Bajo el Mismo Cielo’.

“No es una historia que se cuente con mucho efecto especial, no es un paquete que se quiera vender por lo ‘guapo’; es una historia que se cuenta del corazón y con sentimientos”, dice en exclusiva para

EL MUNDO Newspaper la misma María Elisa.

La actriz de 29 años habla de su papel, experiencia que describe como todo un reto; su pasión por el trabajo, su forma de ver la vida y sus anhelos forman parte de esta entrevista.

¿Qué es lo que más te ha gustado de tu personaje? Primero, la investigación que implicó formar ese personaje para hacerlo creíble, es lo que yo agradezco de mi oficio. Muchas veces te enteras de cosas que son parte de tu entorno que no tendrías la iniciativa de investigar de otra manera. Tuve que empaparme de lo que es la subcultura del mundo de las pandillas y darle una visión humana a esta chica que está metida en un grupo de criminales, que matan, pero tratando de justificarla humanamente para que la gente se identifique con ella, porque al final es la protagonista.

¿Cómo describes la experiencia? Ha sido un reto interesante. Precisamente eso es lo que más me gusta de este persona, lograr dar vida a esta chica dura pero al mismo tiempo lograr que se note ese corazón noble dentro de tanta maleza y sobre todo el que fuera creíble que el personaje del jardinero, Carlos, pueda transcender todas esas barreras y llegar a exponer la vulnerabilidad del personaje. Ese proceso con Carlos fue bastante interesante porque ves como este ‘gallito de peleas’, de a poquito, se va ablandando.

Viniendo de una pandilla, ¿te veremos en escenas fuertes y peligrosas? Sí; te puedo adelantar que hay mucha muerte. Hay un momento de la historia que rige el destino de Adela. Una de las cosas que descubrí de las pandillas es que son organizaciones con muchas reglas y con sus normas morales. Por irónico que suene, en ese entorno la moral se respeta muchísimo, se valora la palabra. Adela sufre y es víctima de tener que pagar una traición huyendo de la muerte, porque al final terminan persiguiéndola y la marcan como ganado. No puedes salirte de ese mundo sin pagar un precio alto.