Aún cuando el Gobierno Federal y Cuba celebran el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la posible deportación de poco más de 35,000 cubanos se perfila como un punto de fricción en el futuro cercano. La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) sólo espera una fecha para hacer efectiva la deportación masiva.

Sin embargo, un acuerdo de repatriación suscrito con Cuba en 1984 permite a Estados Unidos deportar a quienes supongan un peligro para la seguridad nacional o que tengan condenas por delitos graves. Bajo ese acuerdo, las autoridades de Cuba aceptaron la repatriación de unos 2,746 individuos ‘deportables’ que emigraron a Estados Unidos en 1980 a través del Puerto de Mariel. De ese total –hasta la fecha– 1,999 ya han sido deportados a la isla, la mayoría después del 2001.

En 1980, alrededor de 125,000 ‘marielitos’ emprendieron camino hacia Estados Unidos, en uno de los éxodos masivos más grandes autorizados por el régimen del entonces presidente Fidel Castro.

El gobierno de Cuba ha insistido en la eliminación de la medida “pie seco, pie mojado” (dentro de la Ley de Ajuste Cubano) que privilegia con la residencia permanente a cubanos que logren llegar hasta suelo estadounidense y que, según La Habana, incentiva la emigración ilegal por altamar.

La medida de “pie seco, pie mojado” no aplica a quienes son capturados en altamar por la Guardia Costera y tampoco a quienes hayan cometido delitos serios –como el narcotráfico, lavado de dinero, o violaciones sexuales– o crímenes de carácter moral, como robo, hurto, agresión con violencia contra una persona

El futuro de esa ley, que también tiene sus críticos en el Congreso de la Unión, no formó parte de las cuatro rondas de negociaciones para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales. AGENCIAS